Hace unos días les comentamos que Fran Drescher lleva más de un año planeando un reboot de su exitosa serie noventera: La Niñera y que sólo le fata una reunión más para finalizar las negociaciones que podrían llevar a Cardi B (Estafadoras de Wall Street) a ser la nueva protagonista.
A simple vista Drescher puede parecer como una de tantas mujeres exitosas de Hollywood que nunca han tenido que padecer nada malo desde que triunfaron, pero nada más lejos de la verdad. La actriz no sólo ha cambiado físicamente en 20 años, de hecho, para ella lo más importante hoy es difundir cómo lo malo que le ha pasado en la vida es lo que la ayudó a construir su carrera, y así lo relató en un ensayo que escribió para la revista InStyle a mediados de julio.
La actriz cuenta que en 1985 fue violada en su departamento de Los Ángeles a punta de pistola, pero que nunca manifestó sus verdaderos sentimientos en torno al evento por miedo a parecer débil. Así que enterró todo en su mente y se dedicó a trabajar y a hacer felices a los demás hasta que le diagnosticaron cáncer de útero en el 2000, un año después de que terminara La niñera. Drescher escribe que le pareció irónico que la enfermedad atacara justo a sus órganos reproductivos; lo interpretó como una consecuencia de haber ignorado sus emociones durante tanto tiempo:
Me di cuenta de que tenía que dejar atrás mi complejo de súper mujer. Me dije: caminas sobre la tierra igual que el resto. No eres más que una persona y tienen cáncer, así que empieza a sentir lo que sientes.
Dice que tras su operación se convirtió en una nueva persona: una que no podía tener hijos pero que a cambio dio a luz a un libro, Cancer Schmancer, que busca transformar la idea de que uno tiene que esperar pacientemente a que la enfermedad se cure sola porque tienes demasiado que hacer por los demás:
Es una triste situación por la que pasan muchas mujeres y ¡ya basta!
Drescher dice que hoy está convencida que todo lo que le ha pasado en la vida tenía el objetivo de que pudiera compartir este mensaje. En 2005 logró que el senado estadounidense aprobara la ley por la educación del cáncer ginecológico. También se convirtió en budista. Eso también le ayudó a lidiar con su divorcio de Marc Jacobson, quien había sido su novio desde la prepa y quien para el final de La niñera había descubierto que era gay.
“No me malentiendan: no soy perfecta, cometo errores y sigo enojándome cuando no debería, pero creo que la vida sigue presentándote oportunidades para que veas en lo que necesitas seguir trabajando. Es un viaje que no termina hasta que termina.”
A veces los mejores regalos llegan en las peores envolturas.