Suponemos que llamarle “criatura” a Shrek, sería la definición menos ofensiva hacia su persona, y es que, tras años de vivir en el pantano como uno de los monstruos más temibles del bosque, nuestro querido ogro tiene la piel bastante gruesa y los comentarios de la gente prefiere olvidarlos. Shrek y su tetralogía lograron darle la vuelta los clásicos cuentos de hadas, contando irónicamente uno, pero con personajes no convencionales. La última vez que lo vimos había caído en un viaje en el tiempo para volver a enamorar a Fiona, gracias a un terrible deseo que pidió. Al final las cosas tomaron su curso, pero Shrek es una de las criaturas más atípicas y desfachatadas en la animación que se tenga memoria.
Algunos pueden volar, otros tienen exceso de pelo y bañarse puede ser perjudicial.