Aunque septiembre es el mes patrio, el 26 de ese mismo mes, pero del 2014, salió a relucir la podredumbre en la que México está sumido. El caso de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa ha dado la vuelta al mundo por la profunda violencia con la que se le arrebató la vida a los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa Raúl Isidro Vargas. Soles negros, documental dirigido por Julien Elie (Le dernier repas) y distribuido por Artegios en colaboración con Ambulante, aborda no sólo este fatídico hecho, sino que atraviesa de norte a sur la República Mexicana para mostrar a las víctimas de la delincuencia organizada que fueron – y siguen siendo – cobijadas por un plan de seguridad nacional desorganizado.
El monumental trabajo de Julien Elie en Soles negros inició hace 20 años cuando llegó a la ciudad y quedó enamorado de nuestras calles. En conferencia de prensa por el estreno del documental declaró que “hace muchos años vengo a México y me dije hace un tiempo que sería increíble grabar en este país que amo profundamente.” Sin embargo, pronto el sueño de un cineasta se convirtió en el de un documentalista consternado por el contexto y la crisis de derechos humanos en nuestro país.
Los casos de feminicidio en México, las agresiones a periodistas, las víctimas de la Guerra Sucia, la desaparición forzada de inmigrantes y ciudadanos de a pie son algunos de los puntos clave de Soles negros, pero conseguir testimonios reales para el documental no fue nada fácil:
El acercamiento con las víctimas fue un proceso muy largo y muy difícil, pero al final se convirtieron en mis amigos; me gusta pensar que ahora tengo amigos por toda la República.
Muchos años antes de comenzar a grabar la película y con el fin de buscar historias, Julien y su productora viajaron a los estados mexicanos que presentaban mayor tasa de violencia, pero el acercamiento a los testimonios fue lento. Julien tuvo que ganarse la confianza de todos ellos y esperar pacientemente a que se sumaran al proyecto (varios de ellos han sido amenazados por su labor de búsqueda y reparación de daños).
CASO NARVARTE
“Mi hermano Rubén es el primer periodista asesinado en la ciudad. Es uno de los muchos que vienen a refugiarse a la ciudad creyendo que es un santuario para el periodismo”, aseguró durante la conferencia de prensa Patricia Espinosa, hermana del fotoperiodista Rubén Espinosa, cuyo caso también figura en el abanico de violencia que presenta Soles negros.
Rubén fue asesinado y torturado el 31 de julio en la colonia Narvarte junto a la activista, Nadia Vera; la trabajadora doméstica, Olivia Alejandra Negrete; la modelo, Mile Virginia Martin; y la estudiante, Yesenia Quiroz Alfaro, en lo que se cree fue una persecución por parte del gobierno de Javier Duarte, actualmente tras las rejas por el uso de recursos de procedencia ilícita y delincuencia organizada. Julien Elie se vio personalmente afectado por el caso Narvarte y decidió incluirlo como una ejemplificación de los precios tan altos de ejercer el periodismo en México.
EL CINE COMO UNA MEMORIA
Mi objetivo siempre ha sido contar historias, pero también compartir ambientes, en este caso sentimientos de terror o de temor porque es lo que vi en el país. Espero que mi trabajo aporte un poco de ayuda para cambiar el mundo porque yo no puedo cambiarlo, no soy activista.
Julien Elie sabe que no es activista, más bien es un extranjero enamorado de México y preocupado por las víctimas. Si el cine es para entretener, el cineasta lo que busca es sacudir a los espectadores, sacarlos de la burbuja en la que viven y mostrarles la realidad que ellos creen -ingenuamente- ajena. Si el cine sirve para entretener, Julien lo que busca es preservar en la memoria a las víctimas, que un nombre no se convierta simplemente en uno más de una cifra nacional.
Cuando vi las fotos de la niña de Ecatepec [víctima de feminicidio] me dije que no era posible dejar su historia ahí, dejar que su historia se redujera a eso nada más.
La impunidad es una de las tantas máscaras de México. Soles negros comienza mostrando esta característica en Ciudad Juárez para comenzar a hilar los casos de feminicidios que se replicaron -casi con el mismo modelo- unos años después en Ecatepec, en la Ciudad de México. “Las víctimas son siempre las mismas. Las mujeres de Ciudad Juárez y de Ecatepec siempre tienen la misma cara, en mi opinión. Las madres que hablan de sus hijas desaparecidas tienen la misma cara: de dolor”, compartió Julien.
Tal vez fue una coincidencia o tal vez fue intencional, pero que Soles negros se estrene este 27 de septiembre, un día después del aniversario de los 43 de Ayotzinapa, cae como un balde de agua fría porque nos recuerda que la cicatriz sigue ahí, que ninguna "verdad histórica" podrá darle paz a las víctimas ni a sus familiares pero, sobre todo, porque nos recuerda que la podredumbre todavía no se ha ido y quizá nunca se irá, a pesar de los héroes anónimos que luchan día con día arriesgando su vida por la verdad.