Cuando todos pensábamos que Sylvester Stallone había alcanzado cierta madurez, estabilidad y que nos dispondríamos a ver tranquilamente el paso de sus personajes a una etapa más profunda capaz de sacarlos del mundo de los churros, ¡sorpresa! llega Rambo: Last Blood para recordarnos que genio y figura, hasta la sepultura. La verdad que no sé de qué se sorprenden: Rambo no es Rocky. Nació como churro y como churro morirá. El que los años y la nostalgia lo hayan convertido en objeto de culto no significa que ninguna de las películas de la franquicia -que son lo más básico del género del héroe de acción- hayan sido realmente buenas alguna vez.
En fin, el pasado fin de semana algunas personas que eligieron ver Rambo: Last Blood no salieron muy contentas del cine y la crítica alrededor del mundo se ha ensañado con el pobre Sly, que el único pecado que cometió fue repetir su fórmula ochentera. Pero si algo sabe Stallone es dar pelea, así que rápidamente armó este pequeño clip publicado en su cuenta de Instagram, para dejarnos muy en claro que nuestra opinión le importa muy poco:
Como pueden ver, el videito recoge las opiniones de algunos espectadores británicos saliendo de la función, quienes opinan que la película es demasiado violenta, perturbadora y la mejor es la del tipo que dice que no es más que “gringos haciendo gringadas”, traduciéndolo a nuestro coloquial lenguaje. ¿La respuesta de Sly? (también en el mismo tono):
Rambo no es monedita de oro para caerle bien a todo el mundo.
Pero el más traumado de todos es David Morrell, el escritor que creó al personaje de John Rambo, un ex combatiente de Vietnam que trata de encontrar su nuevo lugar en el mundo. Y no es para menos, Rambo: Last Blood es por lo pronto catalogada como la peor película del año y a cualquiera le daría pena que su nombre estuviera ligado a semejante bodrio, así que al pobre no le ha quedado más remedio que curarse en salud y salir a Twitter a defender su honor, sumándose a las críticas contra la película:
Estoy de acuerdo con las críticas a 'Rambo: Last Blood'. La película es un desastre. Estoy avergonzado de que mi nombre se asocie con ella.
Por supuesto que las interacciones de los espectadores no se hicieron esperar y las más simpática provino de un sujeto que comentó que, aunque fuera tan mala como Waterworld o Battlefield Earth, la película valía los nueve dólares de su boleto, hasta sólo por saber cómo no escribir un guion. Lo mejor es que David Morrell intentó convencerlo de que no la viera: ‘Waterworld es una obra de arte junto a esto (esas son fuertes declaraciones). Busca Trackdown de 1976, protagonizada por James, el hijo de Robert Mitchum y que tiene la misma trama. Rambo: Last Blood es una explotación mal hecha de esa película.’
Y la cosa no quedó ahí, Morrell ha dicho que la película no tiene alma y en una entrevista con Digital Spy afirmó que Rambo podría haberse llamado John Smith y la película hubiera sido lo mismo, además de aprovechar para lamentarse de cómo el cine ha ido masacrando a su personaje: “Ya el personaje había cambiado mucho para Rambo II y III, y en la cuarta parte volvió a cambiar. Sabía que vender los derechos de Rambo era un gran riesgo.”