Bernardo Arellano presentará El paraíso de la serpiente en el Festival Internacional de Cine de Morelia 2019. El director egresado del CCC es ya un invitado recurrente del evento. Su primera participación fue en el 2008, cuando dio a concoer Zoogocho que se llevó la corona a Mejor cortometraje documental.
Después de filmar su ópera prima, Entre la noche y el día, volvió a participar en el festival con El comienzo del tiempo, seleccionado para la competencia de largo de ficción del 2014. Tras cinco años, su segunda candidatura para este premio llega a través de El paraíso de la serpiente, que trata sobre un hombre que es rescatado de un accidente automovilistico. Al despertar no recuerda quién es, sin embargo, empieza a realizar milagros en aquella comunidad desértica. El sacerdote del pueblo no lo ve con buenos ojos, lo que causará pronto una división de la feligrecía. Sobre todo porque a este extraño ahora los llaman profeta. El cine de Arellano ha plasmado el rompimiento de comunidades con la llegada de una persona, ya sea un hombre con autismo o el nieto que se instala en la casa de sus abuelos. Ahora es este misterioso señor (Jesús Galván) en quien algunos creen y otros no. "Sin embargo, lo interesante aquí no es si es real lo que hace o no –apunta Arellano en entrevista–, si no la manera que impacta a la comunidad. Entonces la gente puede pensar en una nueva fe, una nueva visión".
Filmada en algún pueblo fantasma entre la frontera entre San Luis Potosí y Zacatecas, la cinta está influenciada por varios autores, como Juan Rulfo su espacio infinito y el horizonte regado de polvo. Uno de los más notorios es de Luis Buñuel con ese halo místico de la puesta en escena. "Me gusta mucho cómo las películas de Buñuel plantean mundos que de pronto se rompen con la realidad y entonces entra un elemento plástico mágico", confirma. Pero también pensemos en Nazarín por los sinsentidos religiosos y el abuso de los favores. "Es una reflexión acerca de la fe y la religión –describe el director–. La religión para mi es un poco cómo dogmatizar la fe. Entonces la película plantea una nueva visión de la fe. Creo que como dice Pascal, la fe es la mayor creación humana, es como el mayor talento que tenemos pero siempre está peligrosamente circundada por la religión", subraya.
Filmada en blanco y negro, la cinta ganó el Premio Churubusco Impulso Morelia en 2017, del que recuerda haber presentado apenas un armado de secuencias para poder participar. Arellano sonríe al compartir ese momento: "Desde que lo vieron todos dijeron: '¿oye no hay ni un primer corte?'", pero aquellos jurados vieron más allá de lo que entonces era un rompecabezas y decidieron invitarlo a la sección de construcción del festival. "Nos sirvió muchísimo para terminar toda la post y además hubo comentarios interesantes y el jurado fue un jurado interesante", recuerda.
Quizá ese espaladrazo hace que se reciba con más interés en la competencia. Además de que el estreno mundial será en estas tierras. "Me da mucho gusto porque obviamente después de terminar un proyecto, el poder mostrarlo, entrar en contacto con el público, está genial. Hacerlo en México más, pues el Festival de Morelia es como una vanguardia de la programación de cine mexicano. Es como el festival que tiene una programación muy certera, muy interesante. Entonces yo creo que también justamente la selección de este año ha cuidado tener una variación importante en los temas y las propuestas y estilos".
Tendremos que esperar hasta octubre para ver el resultado de todo este trabajo, pero Bernardo tiene fe en en que tenga un buen impacto en críticos, jurado y público en general: "El palacio de la serpiente trae una propuesta diferente. Viene con una propuesta interesante que creo que también va a tener su frecuencia, su vibración en la competencia". Amén.