Lo primero que hay que mencionar sobre esta película es que fue dirigida por Steven Soderbergh y enteramente filmada con un IPhone. Lo segundo, es que expone toda la mugre dentro del mundo del basquetbol profesional.
Un par de jugadores veteranos decide iniciar un modelo poco ortodoxo en el que los mismos jugadores son capaces de tomar las riendas de sus carreras y administrar su propia liga, utilizando internet para transmitir sus juegos. Suena un poco parecido a lo que Chava Iglesias (Luis Gerardo Méndez) hizo en Club de cuervos y efectivamente, la crítica que High Flying Bird hace al negocio ‘sucio’ y elitista en el que se ha convertido el deporte profesional -en el que ganan más los dueños de televisoras y presidentes de liguillas que los mismos deportistas- va por el mismo rumbo, aunque el tono sea completamente distinto.