La trasformación de Sara a Oscar (Ana Polvorosa) no ha sido fácil para la exchica del cable. Tras muchos años de pertenecer a la compañía de teléfonos y lo difícil que fue estar encerrada en la clínica para “curar” lo que los suyos le siguen llamando enfermedad, ha sido uno de los viajes más complicados en los que se ha tenido que embarcar.
Gracias a la relación que tiene con Carlota y a la fiel amistad con las chicas se ha alivianado y le han dado la seguridad que necesita para luchar por su identidad en el Madrid de los años 30. Para Oscar es importante normalizar que su identidad ahora es otra y que se vea desde otro punto de vista, sin embargo, esta temporada seguirá batallando para que no lo miren de una forma extraña.