El viaje que ha tenido Lidia (Blanca Suárez) a lo largo de las temporadas ha sido de altibajos que ni la protagonista de una telenovela mexicana podría superar. Recordemos que hasta el momento se debate entre el amor de dos hombres: Carlos Cifuentes (Martiño Rivas) y el Romeo de su infancia: Francisco (Yon González). Si bien, en la última temporada estuvo a punto de perder la vida, muchas cosas parecen indicar que, aunque se encuentra en “estado crítico”, en algún momento despertará para poner al mundo de la protagonista de cabeza.
Lidia Aguilar pasó de ser una ladrona infiltrada en la compañía de telefonía a la esposa del jefe de ésta. Estuvo a punto de morir tras caer de varios pisos de altura y ahora tiene que enfrentarse con todos los problemas de la maternidad y con los desencuentros que su querida suegra le provoca. Esto no le ha impedido seguir cuidando y defendiendo a cada una de sus amigas; cada una se encuentra en su propia lucha para poner el nombre de la mujer en alto, en un país donde la sociedad lo impide. En la cuarta temporada, la vida de Lidia no se encontrará en peligro, sino todo lo contrario, su arco narrativo será un poco más oportuno, ya que como toda mujer que ha pasado los primeros años de la maternidad, querrá empezar de nuevo y volver a trabajar. No regresará como telefonista por supuesto, pero se pondrá al frente de proyectos importantes.
Aunque se encuentre en este momento con Carlos seguirá lidiando con muchos sentimientos hasta que las cosas se le vuelvan a complicar o, mejor dicho, hasta que Francisco despierte de ese “sueño” tan profundo en el que se encuentra. Todo un lío amoroso.