Obligatorio mencionarlo porque no sólo sirvió de inspiración para Toy Story, sino que significó muchísimo para la casa productora. Pixar en esos años pasaba por un momento financiero complicado y John Lasseter se arriesgó probando el ya mítico software Photorealistic RenderMan. El resto es historia, ya que ganó el Oscar a Mejor cortometraje en 1988 y Disney puso los ojos en los involucrados. La premisa era sencilla. Un pequeño juguete huye de un bebé que está rompiendo todos los demás a su paso. Al tener en sus manos a Tin Toy, el pequeño se aburre y se poner a jugar con algo más. El muñeco queda herido por el rechazo. ¿Les suena?
¿Ya viste todos?