Por lo pronto, el tercer episodio de la quinta temporada de Black Mirror ya tiene el récord de ser considerado el peor de la serie. Miley Cyrus interpreta a una cantante de Pop, idéntica a ella, que vive deprimida porque su tía -quien la lanzó a la fama- la ha convertido en una máquina de hacer dinero. En ese afán, lanzan al mercado una muñeca con Inteligencia artificial que habla y reacciona como la cantante e interactúa con quien lo compra.
ACIERTOS
La gran crítica va contra Miley Cyrus, sin embargo, a nosotros nos parece que entrega una buena actuación y además es bastante divertida, tomando en cuenta que la cantante se prestó de buena gana para reírse de sí misma y criticar duramente a la industria de la que es icono.
DESACIERTOS
La historia es original, pero parece desarrollarse en un futuro demasiado cercano, por lo que también deja la sensación de que le falta ciencia ficción, sobre todo porque un robot como Ashley Too nos parece algo que no tarda en salir al mercado. Sin embargo, el tercer episodio de Black Mirror también muestra un aparato completamente futurístico: un scaner capaz de interpretar y traducir pensamientos y sentimientos. Lo curioso es que nadie lo ve, porque este arco narrativo no termina de desarrollarse. Esto, sumado a algunos elementos que caricaturizan la situación (sí, hablamos del auto con orejas de ratón y al padre fumigador que sale sobrando), hacen que la parte final de Rachel, Jack and Ashley Too, se parezca más a una película de Lindsay Lohan que ha un episodio de la antología.