La presión social te está matando y odias que en las fiestas los familiares te pregunten: "para cuándo el primer hijo". Te la pasas llorando por los rincones y no puedes aceptar cuando una relación termina. Desde pequeña organizas en tu cabeza la boda perfecta y sigues en Instagram cuentas de vestidos para el matrimonio. Cada novio que tienes para ti es el elegido.
Al principio no puedes ver ninguno de los defectos de tus galanes, no importa cuantas veces tus amigas te digan: "amiga, date cuenta". La verdad es que no estás muy segura de querer casarte, pero te da pavor estar contigo misma. Cuando una de tus amigas –que para ti no es tan bonita– consigue novio, te enojas porque tú sigues sin poder encontrar a tu media naranja. Plot twist: la media naranja no existe.
Canción de la suerte: