Creciste viendo Rubí y Teresa, así que odias la pobreza. Buscas un hombre con futuro, pero, sobre todo, que tenga el dinero suficiente para que en tu vida vuelvas a pisar una oficina o comer en tupper a la hora de la comida. Eres guapísima y también eres de las primeras en ligar de tus amigas, sin embargo, estás tan desesperada que se nota a kilómetros de distancia. A veces, por quedar bien ante los demás, te inventas novios de la nada. Has llegado a pensar que la respuesta para evitar la soledad está en conseguir un sugar daddy. Tienes un cuerpazo, pero a veces te vistes de manera muy provocativa; no te importa que sea la primera vez que conoces a tu suegra. No cambies tus maneras aunque mídete poquito, criatura.
Canción de la suerte: