Nada ha sido mejor para quitarnos la depresión post final de 'Game of Thrones' que la nueva serie de HBO: 'Chernobyl', en la que (no es difícil imaginarlo) se narra detalle a detalle la tragedia ocurrida el 26 de abril de 1986 en la planta nuclear soviética, ubicada cerca de lo que hoy es la frontera entre Ucrania y Bielorusia. A finales de los 80 la información no viajaba tan rápido ni la gente común tenía la capacidad de registrar y compartir lo que sucedía alrededor y de ahí que mucho de lo que sucedió -cómo, cuándo y por qué- haya quedado oculto en su mayoría por (además) una Unión Soviética, que en el clímax de la Guerra Fría, quería evitar a toda costa que el mundo se diera cuenta que se había equivocado.
A la curiosidad de finalmente conocer una versión de los acontecimientos, se suma una producción sumamente cuidada, para pintar una historia que no baja el ritmo ni un momento. Apenas en su segundo episodio 'Chernobyl' ya había superado a 'Breaking Bad' y 'Game of Thrones' en el gusto de la audiencia, según las mediciones de IMDB.
Lo que llama la atención es que con el nivel de rigor y exactitud histórica que 'Chernobyl' maneja y en una época donde se evita el White Washing hasta la exageración e incluso existen series bilingües (como 'Narcos', por ejemplo), los personajes soviéticos, interpretados por Jared Harris, Emily Watson, Jessie Buckley y Stellan Skarsgard, hablen en perfecto inglés. Imprimir un acento extranjero para marcar la diferencia de nacionalidades entre personajes, es una práctica que ha ido cayendo en desuso porque en muchos casos termina dando risa o provocando pena ajena, y esta fue justo la razón detrás de la decisión de acuerdo a una declaración de Craig Mazin, showrunner de la serie: "Al principio nos planteamos la posibilidad, pero no queríamos que sonaran como Boris y Natasha [los villanos de 'Rocky y Bullwinkle', una antiquísima serie animada]...
El acento ruso puede resultar cómico con muy poco esfuerzo.
“Así que empezamos proponiendo un acento de Europa del este, que es más impreciso y menos forzado. Pero rápidamente nos dimos cuenta de que los actores no interpretaban, 'ponían' un acento. Estábamos perdiendo lo que más nos gustaba de ellos, así que después de una o dos audiciones de casting decidimos cambiar de estrategia y dejar que cada actor hablara con su acento natural...
Mi esperanza es que el asunto del acento desaparezca de inmediato y nadie se preocupe por eso porque es irrelevante para la historia.