El 26 de enero de 2017 Antonio Banderas tuvo un ataque al corazón. Un par de meses después, mientras recibía un premio de honor en el Festival de Málaga, confesó, entre broma y no, que fue por haberle puesto una paliza durante los últimos treinta y tantos años de su existencia (está a punto de cumplir 60). Del incidente siguieron algunas visitas al quirofano... y una profunda reflexión sobre la vida.
Antonio le debe a Pedro Almodóvar su debút en el cine con Laberinto de pasiones de 1982. Desde entonces han hecho siete largometrajes más, incluido su más reciente mancuerna en Dolor y gloria. Había pasado ya casi una década de haber trabajado juntos en La piel que habito y el actor acepta que aquel no fue un rodaje sencillo. Incluso creyó que no volverían a verse en uno. Por fortuna estaba equivocado: "Cuando me llamó para Dolor y gloria fue una emoción enorme –comentó en la conferencia de prensa tras la función de gala en Cannes 2019–. Simplemente la llamada: 'Te voy a mandar un guión'. Cuando lo leí es que no me lo podía creer, ¡me llamaba para practicamente interpretarlo a él! Le respondí inmediatamente: 'Estoy a tus órdenes. Quiero bajar a la verdad del porqué estás haciendo esta película y porque me has llamado a mí".
Puede que después de tantos años en la industria, a esta edad, con las enfermedades que ambos han padecido y los sinsabores de la fama, podamos vislumbrar porque el autor quiso que él fuera su alter ego, Salvador Mallo. Un director que recapitula su vida, sus amores, sus desencuentros, el doloroso proceso de creación y cómo el cine lo salvó de él mismo. O quizá sólo ellos lo comprendan realmente. Lo que sí es notable ante todo el mundo es que Banderas ha recibido otro regalo de Almodóvar: Un personaje que a impulsado uno de las actuaciones más importantes de su carrera, misma que se ha llevado, casi a partes iguales con el director, los honores de las críticas tan positivas desde su estreno (en España abrió dos meses antes de llegar a Cannes).
Él lo sabe al vernos en el restaurante de la playa del Majestic, en Cannes. Anoche fue una experiencia única: Aplausos y lágrimas en el Teatro Lumiere para el realizador y su elenco tras la función de estreno. En cuanto nos presentamos, mostró su alivio de poder hablar en español después de tantas entrevistas con la prensa internacional. Mientras ajustaban cámaras y micrófonos, se le llenaba la boca al hablar del progreso que ha tenido su teatro, el Teatro Antonio Banderas para los Jóvenes Artistas ESAEM, abierto en su tierra, Málaga.
Aquel lugar fue uno de esos proyectos de vida que cobró aún más sentido después del percance de 2017. Lo mismo sucedió con el reciente personaje construido junto a Pedro Almodóvar...
-------------------------------------------------
ACTUALIZACIÓN: Antonio Banderas se ha llevado el premio al Mejor actor por Dolor y gloria del Festival de Cannes 2019.