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    'Game of Thrones': Lo bueno, lo malo y lo absurdo del episodio final

    Bien dijo Kit Harington que la palabra que describe el desenlace de la serie es: 'decepcionante'.

    ALERTA DE SPOILERS DEL EPISODIO FINAL

    Quizá lo que más nos impactó del episodio final de 'Game of Thrones' fue que en la sala de cine en la que lo vimos, acompañados por muchos de nuestros lectores que también son suscriptores de HBOGo, reinó el silencio al pasar el último crédito. Ni aplausos ni gritos de emoción. La decepción que flotaba en el ambiente muy probablemente fue el resultado de las malas decisiones que se tomaron en una temporada que, desde la mitad, ya había demostrado que no estaba a la altura de una de las mejores series que la televisión nos ha dado. Y el desenlace no ha sido la excepción. 

    En un episodio lleno de absurdos y desaciertos lo único a resaltar vuelven a ser los efectos visuales, que a mismo tiempo fueron el peor pecado de la octava temporada ya que ahí se fue todo el presupuesto de la serie, sacrificando trama, desarrollo e intriga, justo los ingredientes que hicieron grande a 'Game of Thrones'. Si lo que estábamos esperando era obtener respuestas, nos quedamos con las ganas.

    Si bien resultó interesante que el arco de cada personaje haya terminado justo en el extremo contrario, como Daenerys (Emilia Clarke), que pasó de libertadora a tirana, o Tyrion (Peter Dinklage), que de indeseable, cínico, borracho y mujeriego pasó a ser el verdadero héroe detrás del derretido Trono de hierro, muchas de sus decisiones y acciones estuvieron fuera de su acostumbrada forma de actuar. Por más enamorados que Tyrion y Jon hayan estado de Daenerys ¿realmente tenía que tomarles tanto tiempo darse cuenta de que habían perdido la razón? ¿Tanto amor era razón suficiente para destrozar el heroísmo de Jon Snow? ¿Por qué nadie se encargó de Grey Worm (Jacob Anderson)? ¿No era obvio que había que acabar con él?

    Afortunadamente Sam (John Bradley) no terminó instituyendo la democracia en Westeros, porque eso sí hubiera sido trágico, pero la sola mención fue uno de los momentos más anticlimáticos, así como comprobar que Cersei realmente estaba muerta ¿quién no esperaba para ella un final mucho más dramático y que nos dejara satisfechos de justicia que morir aplastada en brazos de Jamie?

    ¿Y qué me dicen de la reacción de Drogon a la muerte de Daenerys? Benioff y Weiss definitivamente desperdiciaron la oportunidad de que el dragón escupiera fuego sobre Jon Snow y éste no se quemara; finalmente es un Targaryen y se sintió que ese arco narrativo terminó en el vacío. En vez de eso, el mayor de los niños de Daenerys adquirió una especie de sabiduría poética y destruyó al verdadero culpable de todo: el Trono de hierro...

    Pero sin duda, de lo que ya está hablando todo el mundo es que Bran (Isaac Hempstead-Wright) aka 'El cuervo de tres ojos', haya terminado como rey de los, ahora, seis reinos. Sí, es un giro de tuerca que sin duda nadie esperaba y quizá hubiera funcionado si Bran hubiera hecho algo más que mirar al vacío y decir hasta el cansancio que todo el mundo estuvo donde tenía que estar. Así que más bien se sintió como la solución más sencilla a un conflicto del que parece que Benioff y Weiss no encontraban cómo salir, y que brindó la oportunidad de dejarnos con un final más o menos feliz, que como bien nos advirtieron Maisie Williams y Sophie Turner:

    Le va a gustar a algunos... y a muchos no.
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