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    Premios Platino 2019: La vida después de 'Roma' para su productor

    Nicolás Celis reveló qué le dejó trabajar con Cuarón y confesó que...¡hasta psicólogo ha sido!

    Hace unos minutos, Roma se convirtió en la máxima galardonada de los Premios Platino al ser elegida como la Mejor película de ficción iberoamericana, lo que significa que la obra maestra – como la han catalogado varios críticos – de Alfonso Cuarón ya ganó todo lo que podía ganar en esta temporada de premios que cierra con los Premios Platino al Cine Iberoamericano.

    Sería egoísta – y desinformado – decir que el mérito es exclusivo de Alfonso Cuarón, quien llevó la historia de Cleo a la pantalla grande. El mérito también es de actores, camarógrafos, maquillistas, estilistas y de toda la gente que se involucró en el proyecto, no obstante, hay varios que iniciaron este camino junto a Cuarón cuando la idea de Roma apenas se gestaba en su mente: los productores. Entre ellos están la venezolana, Gabriela Rodríguez y Nicolás Celis, éste último uno de los productores más jóvenes y destacados de nuestro país, que – además de Roma – tenía en competencia a Mejor película, Pájaros de Verano, coproducción mexicana y colombiana, dirigida por Ciro Guerra y Cristina Gallego.

    Nicolás, cofundador de la casa productora independiente, Pimienta Films, llegó al set número 10 pasadas las once de la mañana con 10 minutos, tomó asiento y comenzó a hablar, al principio un poco reservado y para el final como si nos conociéramos de tiempo atrás. “Estoy muy despegado del mundo mediático (refiriéndose a que casi nunca ofrece entrevistas), no porque no me interese, sino porque creo que hasta Roma se dio la oportunidad.” Si bien Nicolás lleva años trabajando en largometrajes como productor, es hasta este momento que está en las primeras planas de revistas, periódicos y sitios web; ya sea porque el periodismo de farándula especula que entre él y Yalitza hay una relación o porque los críticos aclaman su trabajo como productor.

    Hay una confusión en lo que respecta a lo que hace un productor: soy básicamente el copiloto de un director. Está en mí darle todas las herramientas para que pueda hacer la película que imaginó.

    Nicolás fue de las personas que entró desde el día uno a la producción de Roma y sin duda su vida ha tomado un giro distinto desde entonces, incluso bromeó con que se ha estrenado en nuevas profesiones durante el tiempo en que trabajó con Cuarón y con otros directores, entre ellos la celebrada cineasta mexicana Alejandra Márquez Abella, que se dio a conocer internacionalmente por su largometraje Las niñas bien, protagonizado por Ilse Salas.

    He sido consejero, psicólogo, contador, administrador, he aprendido cosas legales, he sido chef, en fin, un montón de cosas que si no encuentras quién lo haga, lo haces tú.

    Pero, ¿cómo ha cambiado su vida después de Roma? Nicolás no piensa antes de contestarme, tiene la respuesta muy clara: "no ha cambiado nada en el sentido de lo que me gusta y lo que quiero hacer". En cambio, sí sabe lo que Roma le ha proporcionado: “ser pionero lo cambia todo”. A lo que Nicolás se refiere es al esquema de distribución que se implantó con Roma, algo que nunca se intentó. Ante la negativa de las grandes cadenas de programar Roma, el equipo decidió distribuirla a través de vías alternas, a lo que hemos conocido como 'Romatón'.

    Se habilitaron salas de cine, se hizo una función pública en Los Pinos, se dobló la película a lenguas indígenas para que llegara a más gente. Nunca había distribuido una película a esta escala. En fin, se hizo un trabajo increíble.

    Es precisamente en ese ámbito donde Nicolás cree que recae le debilidad y, al mismo tiempo, la oportunidad del cine mexicano. “No entraré en la discusión de si es el público o nosotros los que hacemos películas los culpables de nuestra situación. Realmente son las cadenas de cine son las que ponen la presión de que no cambien las cosas […] lo único que les interesa es el dinero. Como todo en este mundo debería estar regulado para que no sea despiadado."

    El semblante de Nicolas – que podría pasar por el de alguien que hace una exigencia pública – cambia al de un productor orgulloso de sus compatriotas cuando destaca la buena racha que la cinematografía mexicana ha tenido en festivales internacionales (ahí están La región salvaje, Las niñas bien, Cómprame un revólver o Chicuarotes).

    Hay algo que Roma no le dejó a Nicolas, pero sí le reafirmó: lo que no quiere hacer.

    No quiero hablar del narcotráfico como entretenimiento, no quiero hacerlo aspiracional, no quiero fomentarlo. Cambiar una mente no es nada fácil pero con Roma lo logramos, hasta se han impulsado leyes a partir de ella. Por supuesto que el narcotráfico vende ahorita pero me considero un privilegiado al poder elegir los proyectos que quiere hacer.

    Y cómo no si Roma pasará a la historia del séptimo arte como la película de un mexicano que conmovió – y también disgustó – a un mundo entero. Ahora Nicolás prepara un nuevo proyecto del cual no se sabe mucho pero, adelantó, se filmó dos meses en una montaña.

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