'Game of Thrones' está llena de escenas impactantes, inquietantes, dolorosas, emocionantes... pero muy probablemente la más asquerosa de todas sea cuando Daenerys debe comerse a mordidas el corazón, aún palpitante, de un caballo en la primera temporada. Lo que hizo más especial a esta toma fue la cara de determinación mezclada con asco que Emilia Clarke le imprimió a la secuencia, y es que hasta cierto punto, no estaba fingiendo del todo. El corazón estaba hecho de grenetina y relleno de una melcocha azucarada pintada de rojo, de manera que 'la sangre' brotara cada vez que la actríz lo mordía. Clarke dijo en su momento que era como una "jalea congelada de sabor indefinido" y que se la pasó vomitando entre toma y toma.
¿Sabías que el perro que interpretó al lobo de Sansa, fue adoptado por Sophie Turner? A una semana del estreno de la temporada final, es el mejor momento para sacar a la luz estos sucesos que nosotros ¡ni enterados!