Es verdad que Dale Midkiff no lo hizo del todo mal como Louis en la película ochentera, pero a mi parecer, Jason Clarke lo supera, tanto en carisma como en su forma de actuar. Y es que el papel principal no podía recaer en alguien poco sensible y con dificultades para empatizar, por lo que el protagonista de ‘La maldición de la casa Winchester’ no tuvo problemas para echarse al público a la bolsa, además de que su personaje no odiaba al gato, lo que le daba un plus.
Jeté Laurence como la hija de los Creed también lo hace bien, ya que tiene esa dulzura que la edad te brinda, pero además sabe expresar sus emociones, así que la compadeces cuando aún está vivo su personaje. Fred Gwynne era de lo más destacado en la adaptación de 1989 – e inclusive a forma de broma pensaba que en algún momento se iba a convertir en Herman Munster – y creo que esa confianza que transmitía no la tiene John Lithgow, aunque tampoco lo hizo mal, simplemente son estilos distintos. Pero el personaje que sí mejoró sustancialmente fue el de Rachel, ya que Amy Seimetz no la hace tan sufrida y por ende no terminas aborreciendo al personaje,