Algo que disfruté en su mayoría, fue el tratamiento de los hechos, y es que en lugar de que los personajes describieran las situaciones para que las entendiéramos de mejor forma, aquí las situaciones se fueron dando con más naturalidad. Por ejemplo, las relaciones entre los personajes están mejor establecidas, como el acertamiento entre Ellie (Jeté Laurence) y Jud (John Lithgow), es más íntimo para lograr que al vecino de los Creed le importara más el bienestar de la niña.
También el que la familia no siempre se alejara de casa para que la trama paranormal pudiera cobrar vida es un acierto, ya que era un tanto ilógico que recién mudados tuvieran que irse a cada rato, dejando solo a Louis (Jason Clarke). Inclusive, el que Jud no fuera tan metiche y la cercanía con sus vecinos comenzara a darse a consecuencia de la niña es algo que me gusto, y sobre todo que el personaje de John Lithgow no despepitara todo sin un motivo de peso.