Lo vimos debutar en el MCU como un berrinchudo, valiente y aventado personaje, quien aún no maduraba intelectualmente para tomar las riendas de Asgard. Por ello su padre, Odín (Anthony Hopkins), le tuvo que dar unas buenas lecciones para que sentara cabeza. Lo desterró de su natal planeta hacia la Tierra después de que desobedeciera sus órdenes y fue aquí donde su personalidad cambió para bien, aprendiendo a cuidar de los suyos de una manera que no tenía planeada.
En consecuencia de su partida, obtuvo solamente para uso exclusivo una de sus armas favoritas, el Mjolnir, su martillo que ya había obtenido, pero que tuvo que ser digno para volver a cargarlo; en su momento representaba uno de los artefactos más poderosos del MCU. En esta entrega se enamora, conoce mejor la personalidad de su hermano y por último logra convencer a su padre de ser un verdadero heredero al trono. Así fue como nos presentaron a Thor, quien a la postre ha sido uno de los personajes más fuertes.