Una de las cosas que se agradece cuando salen nuevos proyectos relacionados con superhéroes es que tomen riesgos para tratar de llegar a un nuevo nivel. En este caso el que hayan decidido incluir violencia sanguinaria prácticamente en todos los episodios y personajes con un sentido de la moral no tan correcto – como debería de ser ya que se encuentran viviendo conflictos internos personales – es uno de sus mayores aciertos, ya que desde los primeros momentos quedas enganchado con lo que estás viendo y satisfecho del cómo se dieron las cosas; las situaciones lucen más terrenales de esta forma.
A esto agregaría el que hayan incluido escenas de acción constantemente sin que se sientan forzadas; de repente puede ser un conflicto menor o uno de magnitudes superiores, pero de igual forma mantienen la sangre donde debería de estar e inclusive la continuidad de cómo lucen los personajes después de las batallas está más cuidado que en otras producciones, es decir: el moretón no desaparece de una escena a otra.