La película se rodó durante cinco semanas en el hábitat natural de las niñas bien en la ciudad de México: Lomas de Chapultepec y el Pedregal. El embarazo de la actriz Ilse Salas y las afectaciones del temblor del 19 de septiembre en la capital mexicana, interrumpieron temporalmente la producción. Una curiosidad es ver a la conductora Rebeca de Alba hablando sobre la devaluación del peso durante el mandato del presidente López Portillo.
Esta película mexicana, basada en el libro de Guadalupe Loaeza, escudriña con lupa a la clase más alta del país en uno de sus peores momentos.