A unos meses de que se cumpla una década de la muerte del Rey del Pop y más de 20 años después de la primera acusación de pederastia en contra del cantante, llega este fin de semana a HBO México el documental 'Leaving Neverland', que se estrenó el pasado 25 de enero en el Festival de Sundance en donde fue recibido con horror por los espectadores, para quienes el festival tenía disponibles expertos en salud mental y ambulancias por si alguien quedaba traumatizado de por vida, algo que sin duda fue una gran exageración amarillista, tomando en cuenta que hoy podemos ver un sinfin de documentales sobre las víctimas de sacerdotes pederastas, y hasta donde sabemos, por duros que sean, nadie ha necesitado de un psicólogo ni ha colapsado después de verlos.
Pero estamos hablando de Michael Jackson, un nombre que hasta la fecha, sigue significando millones de dólares para quien logre realizar algo que lo ligue con el cantante. Así, el documental de cuatro horas de Dan Reed ya ha generado muchas reacciones adversas alrededor del mundo, incluyendo que 'Los Simpsons' enlatara' uno de sus episodios, y se suma a una larga lista de filmes sobre el cantante que siguen la controversia sin fin en torno a la inocencia o culpabilidad del cantante, quien fue acusado por primera vez de pederastia en 1993. Jackson fue denunciado una ocasión más, pero ninguno de los casos llegaron a juicio y se solucionaron a través de un acuerdo económico. En el documental, 'Michael Jackson: la vida de un ícono', el productor y mejor amigo del cantante, David Gest, afrima que el cantante siempre consideró que no ventilar el asunto en la corte fue uno de los mayores errores de su vida.
Y quizá lo haya sido, porque lo primero que uno se pregunta ante 'Leaving Neverland' es ¿por qué hasta ahorita? El documental muestra los testimonios de Wade Robson, ahora un coreógrafo de 36 años, que conoció a Jackson cuando a los siete años ganó un concurso de baile en Australia, y de James Safechuck, quien a los 10 años protagonizó con el cantante un comercial de Pepsi.
Aunque ambos defendieron al cantate en el pasado, ahora son muy explícitos en los actos sexuales que alegan haber compartido con él y sin duda llaman la atención las coincidencias en sus testimonios en cuanto a las conductas del cantante. Pero por extraño que parezca, eso no es lo más impactante de 'Leaving Neverland', si no percibir que tanto Robson como Safechuck y sus familiares, no actúan como las típicas víctimas de abuso sexual: no parece haber odio ni resentimiento en sus palabras e incluso hay momentos en que parece en que hay cariño al recordar los momentos que compartieron con Jackson. La narración de Safechuck es quizá la más inquietante es este aspecto, porque sus palabras no pintan a un monstruoso depredador infantil, si no a alguien que fue su mejor amigo durante muchos años y con quien poco a poco fue desarrollando una relación sexual que se convirtió en uno más de sus juegos.
Este aspecto es el más valioso de 'Leaving Neverland' como documental, porque aunque quizá no haya sido su objetivo, más allá de brindar pruebas que comprueben que Michael Jackson era o no un pederasta, arroja una luz sobre un hombre que fue un genio musical, pero que estaba tan profundamente perturbado, tan dañado emocionalmente que era incapáz de comportarse como un adulto; de una persona que se sentía tan sola e incomprendida, que prefería pasar días en la modesta casa de una familia de clase media que en alguna de sus mansiones. 'Leaving Neverland' nos lleva a cuestionarnos si la primera víctima de abuso, no habrá sido él.