Nunca se nos ocurriría que un par de actrices de Hollywood pudieran ser más corruptas que cualquier servidor público de ventanilla, pero esta mañana Felicity Huffman ('Desperate Housewives') y Lori Loughlin ('Fuller House') fueron arrestadas por el FBI cuando se descubrió que junto a otros 33 padres de familia, habían sobornado y recurrido al tráfico de influencias para que sus hijos fueran aceptados en las universidades más prestigiosas de Estados Unidos. De acuerdo a Deadline, el grupo pagó millones de dólares a diversos entrenadores de universidades de la Ivy League como Stanford, UCLA, Georgetown o Yale, para que reclutaran a sus hijos como atletas, aunque no lo fueran o no alcanzaran las marcas requeridas.
Por lo pronto se afirma que son sólo los entrenadores y no las escuelas quienes están involucradas en este fraude que se realizó a través de la fundación Key Worldwide, que disfrazó los sobornos como donaciones y que incluso llegó al grado de contratar a personas para que realizaran los exámenes de admisión en lugar de los estudiantes
Los cargos en contra de Huffman y Loughlin podrían resultar en una pena de hasta cinco años de prisión, pero entre su fama, su dinero, sus abogados, sus antecedentes y demás, nos sorprendería que pisaran la cárcel. Aunque la donación de $15 000 dólares también se hizo a nombre del esposo de Huffman, el actor William H. Macy, no se han levantado cargos contra él. Gracias a este dinero, la hija mayor del matrimonio pudo entrar a la universidad gracias a que un 'calificador' corrigió sus respuestas en el examen de selección general estadounidense, conocido como el 'S.A.T.'
Lo más sorprendente es que gente que obviamente disfruta de riqueza y privilegios, haya tenido que recurrir a este tipo de fraude para conseguir la entrada de sus hijos a escuelas de prestigio. Además del par de actrices también están acusados varios CEO de reconocidas empresas, abogados, una famosa diseñadora de modas e inversionistas de bienes raíces.