¿Y quién no? ¿Existirá algún fan de 'Game of Thrones' que no haya quedado absolutamente traumatizado después de ver el episodio, 'The Rains of Castamere'? Estoy segura que no. No por nada el penúltimo episodio de la tercera temporada está considerado como uno de los momentos más impactantes de la televisión, así que si por alguna extrañísima razón todavía no lo has visto, mejor no sigas leyendo. Jamás te recuperarías de los spoilers.
Dentro del especial que Entertainment Weekly hizo con motivo del estreno, este próximo 14 de abril, de la octava y última temporada de 'Game of Thrones', reunió a George R.R. Martin con los showrunners David Beniof y D.B. Weiss, el director David Nutter y los actores Richard Madden (Rob Stark), Michelle Fairley (Catelyn Stark) y Oona Chaplin (Talisa), para hablar sobre la realización de la infame escena de 'The Red Wedding'. A través de sus testimonios, lo más interesante, ha sido descubrir que los espectadores no fuimos los únicos a los que nos costó trabajo reponernos de semejante masacre.
Los showrunners y el director del episodio decidieron que filmarían la escena en orden cronológico, para ayudar a los actores a construir el viaje emocional de sus personajes ante la traición y el momento de su muerte. "Lo organizamos de manera que la última toma fuera en la que Catelyn pierde el control -comenta Nutter- y discutimos sobre cuánto tiempo tendría que quedarse ahí parada antes de que uno de los guardias se parara detrás de ella y le pusiera un cuchillo en la garganta. Le dije a Benniof: 'Voy a empezar de manera que ella mate a la esposa de Frey y luego quede en un momento de pura deseperación para después perder el control. Dejaré la cámara sobre ella y esperaré a que me des una señal para indicarle al guardia que entre a escena y la degüelle."
Para Fairley, la escena no sólo implicaba un enorme desgaste emocional por lo que tenía que interpretar, también porque sería su última participación en 'Game of Thrones': "Cada día nos acercábamos más a la masacre y para el final de la semana ya estábamos bastante suceptibles. Sabes lo que viene, todo está tranquilo, es una boda, pero conforme pasan los días te vas poniendo más y más nerviosa, y tienes que permanecer concentrada porque también debe parecer que te la estás creyendo."
Tanto Fairley como Richard Madden dicen que la semana durante la que filmaron la escena en Belfast los dejó tan exhaustos -física y emocionalmente- que no fue nada difícil mostrar la desesperación que vemos en 'La boda roja'. Con todo, para Fairley el momento de su muerte fue tan fuerte, que le retiró el habla a todo el equipo durante una semana. "Tratamos de hablar con ella pero no contestaba -comenta Weiss. Una semana después envió un mail que decía:
Perdón, no tengo la capacidad de hablar con nadie porque sigo destrozada.