Desde que salió el tweet de Rossana Barro, encargada de Atención especial a invitados del FICM, denunciando que había un chat de actrices que planeaban pedirle a la Academia mexicana que no contemplara en sus nominaciones al Ariel a Yalitza Aparicio por su falta de trayectoria como actriz, se abrió la Caja de Pandora para el morbo y el chisme. La misma Barro ya hizo privado su Twitter, suponemos que ante el asedio de la prensa, el gremio y demás agregados, que insistían en saber quién, cómo y cuándo, ya que ultimádamente, ella sería la indicada para ampliar la información.
En un principio se señaló a Vanessa Bauche, Blanca Guerra y más como responsables, obviamente las actrices se deslindaron de toda responsabilidad. Ayer, TvNotas aprovechó el rumor para asegurar que una fuente anónima acusaba a Giovanna Zacarías, Karla Souza, Martha Higareda y Ana Claudia Talancón de estar detrás de todo. Radio Fórmula no tardó en replicar la nota y el resto es historia: todo el mundo publicó el rumor sin ni siquiera checar la credibilidad de la fuente.
Conozco en persona a varias de las actrices acusadas el día de ayer y francamente no las veo armando semejante mitote, y más allá, no veo qué beneficio podría traerles, cuando tres de ellas ya son figuras importantes dentro de la industria nacional y con cierto renombre internacional, por lo que seguramente no se sienten amenzadas por el talento de Yalitza. En fin, que soltar nombres que 'venden' puede ser una buena estrategia, pero no se vale afectar a otros, sobre todo cuando no se muestran pruebas que respalden una acusación de ese tamaño. Obviamente, todas las actrices han salido ha defender su nombre en redes sociales y expresar su apoyo y admiración a todo los que contribuyeron a la realización de Roma.
Pero lo que de verdad entristece es ver lo mal que estamos como sociedad, cuando hasta el éxito rotundo y sin precedentes de una película mexicana (ahora si nadie puede decir que no lo es), que además está arraigada en lo más profundo de nuestras raíces y recuerdos, que es una obra maestra, genere tanto odio en redes, tanta crítica, tanta amargura, tanta discriminación y envidia, en vez de orgullo, admiración, apoyo y sobre todo inspiración, porque si algo nos enseña Roma a los mexicanos, es que sí se puede, siempre se puede cuando te concentras en trabajar en lo que amas y dejas estar todo el día criticando lo que hacen los demás.