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    Diego Luna entrevista a Yalitza Aparicio

    Sorprendentes revelaciones de 'Roma' y su protagonista, en una memorable y entrañable conversación entre actores, que además, han trabajado para el mismo director.

    Hoy, los mexicanos podemos estar orgullosos de lo bien representados que estamos en Hollywood, aunque nos duela que la crema y nata de nuestra cinematografía se encuentre en el extranjero. No importa, al contrario, es gracias a que Hollywood les abrió las puertas que han tenido la oportunidad de regalarnos maravillas como Birdman, Gravedad, La forma del agua y por supuesto, Roma. Su protagonista, Yalitza Aparicio, es desde sujeto de admiración hasta de envidia e intriga, sobre todo si resulta ser cierto el rumor de que varias actrices mexicanas pretenden pedirle a la Academia mexicana que no la contemple en los premios Ariel.

    Roma marcó el regreso de Alfonso Cuarón a producir en México, siendo Y tu mamá también la última película que había hecho en nuestro país. Como seguramente saben, ésta fue la que catapultó a Diego Luna y a Gael García Bernal a convertirse en súper estrellas y también la que los bautizó como ‘Charolastras’. Pensando en esta coincidencia, Indiewire tuvo una excelente idea: pedirle a Diego Luna que entrevistara a Yalitza Aparicio, el resultado es increíble y las revelaciones ¡sorprendentes!

    La entrevista se llevó a cabo por teléfono en algún momento de la semana pasada, cuando Yalitza se encontraba en Londres para asistir a los BAFTA. De acuerdo a lo que le contó a Diego, no ha regresado a su casa desde agosto, salvo por unos cuantos días en NavidadAparicio le cuenta que su pueblo se llama Tlaxiaco, que ahí nació, y creció hasta que tuvo que dejarlo para estudiar para maestra de preescolar.

    DIEGO: ¿Por qué elegiste estudiar eso? ¿Tienes muchos sobrinos o qué?

    YALITZA: No, sólo uno, pero toda mi vida me ha gustado cuidar niños y estar con ellos porque son muy tiernos y honestos. Te dicen todo muy abiertamente y me gusta tener esa relación con ellos. Al principio no estaba segura de qué grado quería enseñar, pero después me di cuenta que podría ser una buena maestra de kínder.

    DIEGO: ¿Tuviste alguna maestra que te inspirara a pensar así?

    YALITZA: Si, tuve una en primaria. Tenía una manera muy linda de explicar las cosas; luego tuve otra en la universidad. Necesitamos más maestras como ellas, porque luego te encuentras con cada maestro…

    DIEGO: Sí, hay unos que son exactamente lo opuesto, ¿no? Que hacen que odies la escuela. ¿Recuerdas el momento en el que decidiste hacer Roma y pensaste: “ya me quedé…”?

    Estaba con Marina de Tavira. No se si a ella ya le habían dado el papel, pero nos dijeron que íbamos a hacer otra prueba de cámara. Después de que Alfonso nos tomó varias fotos e hicimos pruebas de vestuartio, le pidió a todos que salieran de la habitación porque quería hablar con nosotras. Nos contó sobre el proyecto, nos dijo que era muy personal y que le encantaría que siguiéramos trabajando con él. Pensé que era broma, pero también me di cuenta que yo no tenía trabajo, que me iba a tomar un tiempo encontrar uno y que necesitaba mantener a mi familia. En mi mente dije: “Bueno, no estoy haciendo nada ahorita…”, pero sin querer se me salió decirle a Alfonso en voz alta: “No tengo nada mejor que hacer…”

    [RISAS]

    DIEGO: ¡Está bien, está bien! La honestidad por encima de todo. Cuando vi Roma no sabía nada sobre ti, pero Marina es muy conocida por su trabajo en el teatro. ¿Cómo fue tu relación con ella y trabajar juntas? ¿Se complementaban en la actuación o cada quien lo hacía por su lado?

    YALITZA: En el set me guiaba mucho por las cosas que Marina hacía, y si me equivocaba, ella me corregía. Saber que era una actriz me hizo sentir que podía guiarme en la escena y solucionar lo que fuera si nos desviábamos de las indicaciones que nos había dado Alfonso. Fuera del set nuestra relación siempre fue amistosa. Casi nunca hablábamos de las escenas. Cada una sabía lo que estaban pasando con su personaje. A veces yo no le decía sobre el mío y ni ella del suyo. Alfonso no nos compartía esa información porque buscaba que nuestras reacciones fueran naturales, por eso yo tampoco hablaba de eso y tratábamos de platicar de cualquier otra cosa.

    DIEGO: Nunca les dieron el guion de la película, ¿verdad?

    YALITZA: No

    DIEGO: ¿Cómo te preparaste entonces? ¿Alfonso te contó sobre quién era el personaje o tú lo inventaste?

    YALITZA: No; hablé con Alfonso y con Libo (la nana de Cuarón) antes de filmar. Él me contó del pasado de Libo pero no de lo que se trataba la película. Me describió su relación con ella, como era. Luego platiqué con ella y me contó como fue cuando se fue de su casa, cómo llegó a México y de cuando estaba trabajando en la casa con su prima. Me dijo todo eso, pero nada sobre la película.

    DIEGO: Así que sí la conociste. ¿Sabes? Yo también la conocí, porque actuó como mi nana en la película Y tu mamá también

    YALITZA: Y tu mamá también… sí, también me contó de eso.

    DIEGO: Ya tenía experiencia con la cámara…

    YALITZA: También me contó que salió en otra película, pero no me acuerdo cuál…

    [Libo también actuó en el primer largometraje de Cuarón: Sólo con tu pareja]

    DIEGO: La relación entre Libo y la familia de Alfonso… ¿es similar a alguna relación que hayas tenido?

    YALITZA: No, no realmente. Pero mi mamá también fue trabajadora doméstica, y también le decían mamá.

    DIEGO: ¿Alguna vez tuviste en tu vida a alguna mujer que fuera así de cercana? Una tía o alguien que te cuidara cuando tu mamá se iba a trabajar?

    YALITZA: Bueno, cuando mis hermanos eran chiquitos, yo era la que los cuidaba.

    DIEGO: La hermana responsable que quería ser maestra… dime, ¿conocías a Adela antes de esta película? ¿Así se llama?

    YALITZA: Es Nancy García en el papel de Adela. La conocí en la escuela hace como seis años.

    DIEGO: ¿Era tu compañera de escuela?

    YALITZA: Sí. Cuando estaba en la universidad, ella también estudiaba ahí para ser maestra de primaria, y como la escuela era pequeña, ahí nos conocimos.

    DIEGO: ¿Y cómo llegó a la película?

    YALITZA: Creo que eso fue mi culpa. Alfonso me preguntó que si tenía amigas que hablara alguna lengua de nuestra región, porque ya nadie las habla. Yo no hablo nada de Mixteco. Nancy era la única que hablaba una.

    DIEGO: ¿Acabas de decir que no hablas mixteco?

    YALITZA: No, ella me enseñó porque yo no tenía ni idea.

    DIEGO: ¡Yo pensaba que la hablabas desde que eras chiquita! Te sale muy bien…

    YALITZA: No, esas escenas fueron muy difíciles para mí, porque Alfonso llegó unos minutos antes de filmar y nos dijo cosas como: “En esta escena van a estar cocinando y esto, y el otro, y ¿qué tal que hablan un poco de mixteco en unos 10 minutos?” Y yo nada más me le quedé viendo y le dije: “No puedo decir todo eso en mixteco.” Así que nos dijo: “Bueno, vamos a ensayar en lo que ponemos las luces y regresamos.” Yo estaba muy nerviosa porque pensé que no me iba a aprender todo ese diálogo en mixteco en sólo 10 minutos. Siempre decía: ‘Creo que a Alfonso se le olvidó que no hablo mixteco’, pero él dice que nunca se le olvidó, que lo hizo a propósito para ver cómo le hacía yo.

    DIEGO: Cuando vi Roma la primera vez, me fijé en la historia. La segunda vez, le puse atención a los aspectos técnicos y me di cuenta que hay un sentimiento muy natural entre los actores. ¿Cómo crearon esta sensación de vida cotidiana?

    YALITZA: Alfonso fue el responsable de eso, porque se tomaba el tiempo para hablar con cada actor y a veces les pedía que hicieran algo diferente para que las escenas se vieran más naturales, como son en la vida real. Creo que lo hizo porque a veces algún actor decía algo diferente o un niño decía algo que no estaba en su diálogo y yo me sorprendía, porque no me lo esperaba. Cuando a Alfonso le gustaba cómo actuábamos, nos decía: ¡Perfecto! ¡Sigan así!

    DIEGO: ¿Cuáles creas que sean los mejores atributos de Alfonso como director?

    YALITZA: Tiene buen ojo [risas]. A veces estábamos filmando y de repente llegaba y arreglaba algo que estaba mal puesto -el reloj o lo que fuera- y yo pensaba: ‘si ni siquiera va a verse en pantalla’, pero el lo arreglaba de todas formas. Una vez le dijo a Marina: “Te estoy viendo. Ya sé lo que estás pensando.”

    DIEGO: El es capaz de ver lo que nadie más puede. ¿Qué pasó cuando viste la película por primera vez?

    YALITZA: Se me olvidó que era yo la de la película. Al principio, fue extraño escucharme a mi misma durante los primeros minutos, pero eventualmente se me olvidó porque la historia captó toda mi atención y simplemente la disfruté.

    DIEGO: ¡Wow! Increíble que te hayas podido ver de esa manera. ¿Las has visto muchas veces?

    YALITZA: Sí, ahora que está en Netflix hasta le pongo pausa para ver algunos detalles y recordar cosas que no me acuerdo ni siquiera que pasaron.

    DIEGO: Cuando ves tu trabajo, ¿qué piensas de él? Ahora que puedes analizar la película, ¿qué piensas de tu papel? ¿Te acuerdas de alguien a través del personaje?

    YALITZA: Era la historia personal de Alfonso, pero me recordó a gente de mi vida. Una parte de la vida de Cleo me recuerda a mi mamá, y tanto Sofía como Cleo me hicieron recordar cosas que a veces olvidas o que te guardas dentro. Hay hasta cosas de Libo que me recuerdan a mi hermana.

    DIEGO: Y esa es tu interpretación, porque la película no sólo le pertenece a Alfonso. Tu dejaste ahí tu humanidad. Te pregunto esto porque es algo muy bonito lo que todos ustedes lograron, y parecía que Marina y tú estaban hablando de las relaciones fundamentales en sus vidas, porque tienen emociones muy fuertes adentro. Y es por eso que la gente, de todas partes del mundo, se ha podido identificar con estos personajes y reaccionar a ellos. ¿Has visto la película con tu mamá?

    YALITZA: Sí, ya.

    DIEGO: ¿Y cuál fue su reacción?

    YALITZA: Bueno, terminó llorando. Me dijo que todo era muy fuerte, pero lo que más, fue la escena de la playa, porque le asustó el sonido tan fuerte del mar. Como nunca le dije de qué se trataba la historia -quería que fuera una sorpresa- ella dijo: “Me preocupé de que les pasara algo a ti o a los niños, y cuando la niña chiquita desaparece y ya no la podíamos ver, pensé que ahí se iba a terminar la película.” Creo que se preocupó por los niños y todo.

    DIEGO: SÍ, porque es una escena muy fuerte y le están pasando muchas cosas a tu personaje en ese momento. ¿También la has visto con tu hermana?

    YALITZA: Sí, se traumó de que Fermín abandonara a Cleo así en el cine. El hecho que ella lo haya ido a buscar y que el haya sido tan grosero con ella… Yo empecé a llorar desde esa escena.

    DIEGO: Roma me hizo llorar muchas veces, algunas hasta incontrolablemente. Es una historia muy fuerte. Por último quiero preguntarte: cuando nos conocimos en uno de los cocteles de Netflix, me dijiste que ibas a ir al festival de la comunidad Zapatista en Chiapas. ¿Cómo la recibió la audiencia ahí? Me dio mucha tristeza que no pude ir contigo a ese festival. El zapatismo me afectó mucho desde que empezó y yo tenía unos 14 años; fue un despertar para mí en muchos sentidos. ¿Cómo fue la experiencia?

    YALITZA: Para mi fue el momento más increíble de mi vida. Me sentí muy cómoda. Los zapatistas nos recibieron muy cálidamente. Durante la proyección podías escuchar a la gente llorar. Eugenio Caballero dijo que muchas muchachas se tapaban la cara porque habían llorado mucho. Cuando terminó me invitaron a recibir un premio para agradecerme por la película y me dieron otro para Libo, por ser una representante para todos ellos. Fue increíble que la gente me reconociera y quisiera hablar conmigo. No esperaba que me recibieran así en la comunidad, porque cuando llegamos todos nos preguntaban por ti y por Gael. La gente se me acercaba para decirme: “Muchas gracias, porque interpretaste un papel muy bonito para nosotros y la gente va a notar nuestra presencia.”

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