Estados Unidos es tierra de libertad a la hora de poseer armas de fuego. De hecho, es su derecho constitucional tener pistolas, sin importar que se hayan convertido en una potencia en materia de tiroteos masivos.
En alguna parte de la película El infiltrado del KKKlan de Spike Lee, se plantea la facilidad con la que sociópatas pueden hacer uso indebido de este derecho: en una escena, los supremacistas van a un campo de tiro donde la diana es la silueta de un hombre afroamericano. Aunque la película satiriza en torno al tema, tal vez haya alguien en los Globos de Oro que prefiera ponerse a hablar en serio.
"Por favor no salgan de ver esta película creyendo que esto sólo pasa en Estados Unidos", nos dijo el propio Lee cuando lo entrevistamos en el Festival de Los Cabos.