Creed II: defendiendo el legado llegó hoy a las salas de nuestro país y como seguramente ya saben, no sólo es la secuela de Creed: corazón de campeón, también brinda un vínculo directo con la saga de Rocky al ofrecer una actualización a la historia que vimos en Rocky IV. Por lo pronto, te contamos en nuestra crítica de Creed II, que si bien la cuarta entrega del boxeador no fue considerada en su momento como la mejor, hoy se le considera casi una pieza de museo, al ser una obra muy representativa del cine de la época.
Así, Creed II: defendiendo el legado le hace honor a su título y nos presenta una revancha, 33 años después, que en el ring será protagonizada por los herederos al disputado cinturón de campeón de peso completo: en esta esquina Adonis Creed (Michael B. Jordan), con Rocky (Sylvester Stallone) y el espíritu de Apollo (Carl Weathers), y en la otra, Iván Drago (Dolph Lundgren) y su imponente hijo, Viktor (Florian Munteanu). Si bien Creed II menciona algunas referencias a la cinta de 1985 y hasta Michael B. Jordan nos hace un pequeño resumen de los hechos pasados, a manera de prólogo, no hay mucha más información dentro de la trama, más allá de que Rocky en algún momento menciona que la pelea con Drago le ocasionó daño cerebral.
Seguramente sabes (y si no, para eso estamos) que en Rocky IV vemos al boxeador más famoso de la pantalla finalmente tranquilo, viviendo con su esposa Adrien (Talia Shire). Después de haber vuelto a ganar el título de Peso completo, Rocky se ha hecho gran amigo de su ex rival Apollo Creed y planea su retiro del ring. Pero este breve momento de paz se ve interrumpido cuando el representante del boxeador ruso, Iván Drago, reta a los boxeadores norteamericanos a que se enfrenten, en una pelea de exhibición, con este especimen masculino impresionante que ha sido entrenado como máquina por el estado soviético para demostrar sus supremacía. Apollo acepta el reto en un acto de patriotismo, a pesar de no estar en forma y de la inconformidad de Rocky, quien funge como su entrenador.
Desde el primer round es obvio que Apollo está en gran desventaja y para el segundo, Drago comienza a masacrarlo de manera espantosa. Rocky está a punto de tirara la toalla pero no lo hace ante la negativa de Apollo. Tristemente, unos instantes después, un puñetazo certero del ruso acaba con la vida de Apollo, dejando a Rocky con un setimiento de culpa gigantesco. Por esta razón y en contra de las súplicas de su amada Adrien, Rocky renuncia a su título para poder enfrentarse con el ruso que es campeón olímpico (título que en esa época se consideraba sólo para amateurs).
Rocky IV es una de las películas en las que la historia del boxeador se relaciona con la Navidad, ya que Rocky reta a Drago a una pelea que se lleva a cabo el 25 de diciembre en Rusia. A diferencia de Drago, quien entrena con la tecnología más avanzada, Rocky se va a la campiña rusa, en donde entrena con lo que encuentra a la mano y bajo la nieve. Por supuesto, tras una pelea en la que Rocky poco a poco va quedando como Santo Cristo ante los inmisericordes golpes de Drago, el campeón americano remonta de alguna manera y en un momento muy emocionante, logra vencer al ruso e incluso se avienta un discurso por la paz.
Creed: corazón de campeón por supuesto deja de lado toda la cuestión de la guerra fría, y como nos contó Dolph Lundgren en entrevista cuando visitamos el set de la película en Philadelphia, su personaje ya dejó atrás el estereotipo del soviético 'maquinizado' y su hijo entrena como cualquier boxeador. Sin embargo, Drago esta sediento de venganza porque perdió todo tras ser vencido por Rocky. Sin duda, Creed II es una mucho mejor historia, a pesar de que la fórmula siga siendo la misma. Lo único que esperamos es que Creed III no sea una secuela de Rocky V, porque esa sí, es la peor de todas.