Probablemente el que vivimos todos los días
Odio nacional es el único episodio de Black Mirror que tiene un aire detectivesco. Se despliega ante nosotros el misterioso caso de asesinato de Jo Powers, una periodista a quien la gente había atacado en redes sociales con hashtag #DeathTo (#MuerteA) antes de aparecer sin vida en su bañera. Posterior a Powers, muchas otras personas mueren de maneras inexplicables, sin embargo, hay algo que conecta todas las muertes: todos fueron acosados en redes sociales con la etiqueta #DeathTo.
Como ya es de esperar, Charlie Brooker tiene preparados algunos de los mejores plot twists de Black Mirror en este capítulo: todos aquellos que utilizaron la etiqueta de Twitter son blanco de un asesino en masa, que los hará entender que las palabras son, en efecto, un arma mortal.
En estas épocas millennials en que cualquiera puede ser un crítico experto en política, economía, salubridad y perritos haciendo cosas graciosas, Twitter se ha convertido en la red social favorita para desahogar rabia o juzgar a los demás sin antes ver la foto completa. Sería una pena que lo que imaginó Charlie Brooker en Odio nacional llegue a convertirse en realidad; la mitad de mi Twitter sería ahora mismo blanco de un loco hacker asesino.