Es tan mala que se le considera la película que casi acaba con la franquicia. Y digo 'casi' porque algo hizo recapacitar a Stallone 16 años después y la resucitó con Rocky Balboa, una película en la que volvió a demostrar que tiene un talento especial para escribir personajes imperfectos y muy emotivos con los que el público se identifica.
Pero regresando a 1990, Rocky V falla principalmente porque ya estábamos hartos de tanta tragedia en la vida del semental italiano y de los dramas sobreactuados de Talia Shire. En la película, Rocky lo ha perdido todo y para regresar a la fama, pone sus esperanzas en entrenar a un joven boxeador, Tommy (Tommy Morrison), pero este lo traiciona y lo abandona por otro entrenador. Este momento, que debería ser la escena más desgarradora de la película, tiene lugar durante la noche de Navidad, poco después de que Tommy y su novia han ido a cenar con los Balboa...
La siempre fiel Adrien sale de la casa a ponerle un abrigo a su amado -no vaya a ser que se le muera de pulmonía- y en otro ejemplo de pésima actuación, busca hacerlo reaccionar a gritos, ya que perder a su protegido no es el peor problema de Rocky, que no tiene una relación con su hijo adolescente, quien es cruelmente bulleado en la escuela.
¡Estás perdiendo a tu familia!