Penny Marshall, la actriz que durante ocho temporadas hizo reír a los espectadores de los 70 con su programa Laverne & Shirley, falleció ayer en la noche a los 75 años en su mansión de Hollywood Hills, por complicaciones derivadas de la diabetes que padecía, ya que llevaba muchos años sufriendo de sobrepeso. En 2009 Marshall también había sido diagnosticada con cáncer de cerebro y pulmones, pero hasta ahora se desconoce si estos padecimientos también tuvieron que ver con su deceso.
Penny Marshall era una mujer alta, de voz grave y rasposa, uno de sus sellos característicos. Inició su carrera gracias a su hermano, Garry Marshall, quien la incluyó en el elenco de su películade 1968, Matrimonio 69. Un año después empezaría a participar en la serie (también de Garry) The Odd Couple y en 1976 saltó definitivamente a la fama con Laverne & Shirley, un spin-off de la icónica Happy Days en la que Henry Winkler y Ron Howard eran protagonistas. Como Laverne, Penny demostró su enorme talento para la comedia, pero nunca pudo dejar de sentirse insegura por su físico.
Siempre se sintió atraída a la dirección y después de haber dirigido un par de episodios de Laverne & Shirley, aceptó reemplazar a último minuto a Howard Zieff para quedar a cargo de la cinta de Whoopi Goldberg: Sálvese quien pueda, de 1986. A partir de ahí la dirección se convirtió en su principal actividad y sólo regresó a la actuación para realizar pequeños papeles o cameos. Su siguiente cinta, Quisiera ser grande, protagonizada por Tom Hanks, le dio el récord de ser la primera mujer en haber dirigido una película que rebasó los 100 millones de dólares en taquilla. En su carrera solo dirigió un drama: Despertares, con Robert De Niro y Robin Williams, lo que la convirtió en la segunda mujer en dirigir una cinta nominada por la Academia a Mejor película. Tristemente, Marshall nunca ganó un premio importante, aunque si varios reconocimientos por su trayectoria
Su último largometraje de ficción fue Los chicos de mi vida, protagonizada por Drew Barrymore en el 2001. A partir del 2010 bajó mucho su ritmo de trabajo y sólo aparecía esporádicamente, tanto para dirigir como para actuar, pero lo retomó este año para dirigir el documental Rodman en el que sigue la historia del ex jugador de la NBA, Dennis Rodman, y que actualmente se encuentra en postproducción.
La mejor amiga de Penny Marshall era Carrie Fisher, incluso era la madrina de Billie Lourd. Uno no puede dejar de pensar en que ambas hayan muerto tan cerca de la Navidad y con tan solo dos años de distancia. Sin duda, otra grande que nos deja este año. Una mujer que siempre será recordada por revolucionar la industria que le tocó vivir.