Tenía que ser Philadelphia ¿dónde más podría ser después de que esta fue la ciudad que lo vio nacer? Lo vio desayunar cinco huevos crudos, correr por sus calles cuando apenas amanecía y enamorarse de la dependienta de la pet-shop de la esquina. Así que es a Philadelphia, la ciudad del amor fraternal, a donde llego para visitar el set de Creed II: defendiendo el legado.
Los foros están a las afueras y somos ocho periodistas, de diferentes partes del mundo, a los que nos llevan a través de oficinas, pasillos y habitaciones con vestuario: un laberinto imposible de cruzar sin perderse, y es que no cualquiera puede estar aquí. Es mayo del 2018 y aún hay mucho misterio en torno a esta cinta que será la continuación de Creed: corazón de campeón pero también de Rocky IV.
“Eso fue algo bastante complicado -nos dice más tarde el director, Steven Caple Jr.- pero fue una de las razones por las que quise tanto este proyecto, porque... ¿cómo igualar la tragedia de la muerte de Apollo? Otro reto fue crear un tono que las uniera, además que las primeras películas Rocky eran más sobre la familia que sobre la persona, mientras que Rocky IV es más una película meramente de boxeadores, de una rivalidad entre países. Aquí vemos mucha amargura, pero sabemos que viene de algún lado y que va a llegar a otro lugar, y la historia que hay detrás me va a permitir que sea una obra íntima, de personajes, un coming of age que toca el tema de la propia superación.”
Llegamos finalmente al set; en un extremo hay unas gradas con un centenar de extras ataviados para una función de box de primera. ¿Las Vegas? ¿Rusia? ¿Philadelphia? No nos dicen en qué ciudad se desarrolla la escena, pero nos comentan que hace apenas una semana ahí estaba el ring. Del otro lado del foro hay una serie de lámparas de laser que emiten todo tipo de rayos de luz azul y blanca. Comienza a sonar I Will Go to War y escuchamos la voz de Tessa Thompson, quien aparece cantándola...
La actriz interpreta a Bianca, la novia de Creed, y más tarde nos cuenta que quizá nadie se dio cuenta que en Creed: corazón de campeón era ella la intérprete y que incluso compuso algunas de las canciones. También nos dice que está impresionada con la forma física que Michael B. Jordan logró para esta película:
Pero por supuesto nunca se lo voy a decir porque hay que bajarle los humos.
Si a Jordan le hace falta humildad, se lo perdonamos. Aparece caminado en medio de las lámparas enfundado en una bata de seda negra y sus músculos son impresionantes, nadie dudaría al verlo que es un boxeador profesional de peso completo. El actor se quejó después con nosotros de que a sus 31 años le costó más trabajo recuperar la forma porque tuvo que bajar de peso para estelarizar Fahrenheit 451 y subir después un poco de volumen para su papel en Pantera negra.
Nos dicen que la escena que estamos viendo filmar es la caminata al ring de Adonis Creed para enfrentarse con Viktor Drago, el hijo del hombre que mató a su padre y a quien interpreta Florian Munteanu el boxeador alemán amateur quien más tarde nos confiesa que ya no se volvió profesional porque surgió esta oportunidad. Jordan se ve impresionante, pero a lado de Munteanu parece minúsculo. Florian afirma que al principio le fue difícil conjuntar la coreografía de la pelea, la actuación y recordar que no debía lanzar los golpes con la misma fuerza, pero Jordan dice que nunca tuvo miedo de que lo noqueara y lo describe como un oso de peluche gigante que además, tiene mucho talento para actuar.
La toma se repite y Adonis Creed camina despacio rumbo a un ring imaginario, a su derecha va Tessa Thompson, micrófono en mano y a su izquierda… sí; los ojos no me engañan: es el mismísimo Rocky Balboa. La sorpresa nos emociona: no sabíamos que tendríamos oportunidad de ver a Sylvester Stallone y menos de que una vez terminadas las tomas, se acercaría a nosotros para regalarnos una pequeña entrevista, pero esa, se las contaré más adelante…