Este año vimos la segunda temporada de esta serie protagonizada por Elizabeth Moss y la mera verdad es que quedamos más que aterrorizados por ese futuro de mentiras, que se siente por demás real. Si bien esta temporada fue súper criticada porque ya no tenía el libro de Margaret Atwood como base, lo cierto es que a pesar de la violencia tan explícita, ésta se justificó totalmente dentro de la historia, porque sino se hubiera vanalizado un tema tan en voga como lo es la misoginia. Ver esta serie no es fácil porque produce desasosiego, incomodidad, tristeza, rabia y angustia y claro que afecta a nivel emocional. Ya tiene confirmada una tercera entrega y a ver si sigue en el mismo tono.