El tráfico de influencias a cambio de favores sexuales en Hollywood es uno de los mayores secretos a voces que han existido en la historia. Desde siempre se ha hablado de muchas aspirantes a actriz que han tenido que pasar por el famoso 'sofa del productor' para tener la oportunidad de conseguir un papel que las haga famosas. Hay quienes lo lograban y quienes no, segun dicen las historias.
Hasta hace un año, la práctica era común y aceptada como la condición sine qua non por la que había que pasar: el precio de la fama. Pero todo fue que Rose McGowan acusara al mismísimo y todopoderoso Harvey Weinstein de engatusarla con la promesa de una reunión de trabajo, para después forzarla a tener sexo, para que la verdad quedara expuesta. Hoy, hasta Bill Cosby está en la cárcel y de Kevin Spacey ya mejor ni hablamos.
Tras un año de escándalos, con tantas verdades como difamaciones, ya perdimos de vista hasta dónde esta sigue siendo esta la causa justa que debe ser y en qué momento comienza a convertirse en una cacería de brujas en la que cualquiera puede salir lastimado. En estos últimos días le tocó a Jennifer Lawrence.
El pasado 12 de diciembre una de las seis víctimas anónimas que han demandado por abuso sexual a Weinstein, declaró en el juicio que el productor le había dicho que había tenido un romance con Jennifer Lawrence y que le había dado a entender que gracias a eso la actriz había ganado el Óscar a mejor actriz por Los juegos del destino.
Se me rompe el corazón por las mujeres victimizadas por Harvey Weinstein...
Así comienza el comunicado que Lawrence ha enviado hoy a los medios, a manera de respuesta. "Nunca tuve nada más que una relación profesional con Weinstein. Este es un ejemplo más de las tácticas predatorias y las mentiras que engatusaron a tantas mujeres."
Sin pretenderlo, Lawrence ha sido la primera mujer en alegar algo diferente al resto. Y sin duda, el que una actriz de su peso dé testimonio de que Weinstein sí era capáz de mantener relaciones estrictamente profesionales con una actriz, actúa muy sospechosa y convenientemente a favor del productor. Por supuesto, su defensa no ha tardado en responder calificando a la declaración de la víctima como una obra de ficción: "El Sr. Weinstein esta muy apenado con la Srita. Lawrence, con quien sólo ha mantenido una relación profesional y respetuosa, y quien tristemente se ha visto arrastrada a este horrible intento de difamación. Esto comprueba que cualquiere puede decir lo que quiera en una demanda legal a fin de obtener ganancia del escándalo, sin tener que presentar hechos o realidades."
Esta historia continuará... (seguramente)