Sí, pareció muy ilógico y poco convincente el que Jacob (Dan Fogler) regresara con todo y sus recuerdos para Animales fantásticos: los crímenes de Grindelwald, ya que al final de la entrega anterior fue desememorizado para evitar que siguiera en contacto con el mundo mágico. Pero hay algo fundamental que le dan sentido a este suceso: la eliminación de sus recuerdos no fue producto del hechizo Obliviate, sino del veneno del Swooping Evil, que como dijo Newt, con la cantidad exacta de este líquido diluido se pueden borrar malos recuerdos. Como lo explica el propio Jacob, Queenie (Alison Sudol) le ayudó a llenar los huecos en su mente que pertenecían a las malas experiencias, sin embargo, la mayor parte del tiempo la pasó bien, por ello incluso recuerda la forma de los animales que vio y les da esa forma a sus panes.
Aunque muchas cosas parecen ilógicas y muchos creen que J.K. Rowling ya perdió el piso, hay forma de hacer encajar todo con el universo de Harry Potter.