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    'Estrellas solitarias' el cine subversivo que se abre camino a madrazos

    Después de un recorrido de más de 40 festivales en el mundo, sigue en cartelera la ópera prima de Fernado Urdipilleta. Una inusual comedia contestataria en el poco explorado cine de trasvestis.

     Fernando aún era estudiante del CCC cuando en el mítico antrazo Butterflies tuvo una revelación. Hacía la tarea grabando un documental sobre las luchadoras mexicanas, celebrando los 50 años de carrera de la legendaria Martha Villalobos, cuando sopresivamente se vio rodeado por el show travesti: "Ahí se me descubrió este mundo, el cual es muy colorido, atractivo, de mucha alegría y pues yo estaba con una cámara. Ahí fue cuando descubrí estos personajes tan interesantes que a la vez viven en una dualidad porque se presentan en un escenario de una forma muy divertida, alegre, valiente. A partir de eso me pregunté cómo sería la vida detrás de estos personajes que han sido marginados por una sociedad machista, prejuiciosa y con doble moral".                                                                                                                                                                                                                                                               Por distintas razones, el proyecto tardó en madurar. Pero recuerda que en 2011, el mismo año en que cerró el Butterflies, se dedicó a sacar este proyecto que se convertiría en su ópera prima. Inspirado por el genio de lo grotesco John Waters, quizó hacer un filme contestatario, en contra del sistema, incluso en contra de los atractivos comerciales de la industria. "Que mostrara a personajes valientes y aguerridos, que a partir de su segregación y maltrato se convierten en punks porque van contra un sistema que no les hace justicia y que por ello no les queda más que abrirse camino a base de putazos...". Esa idea ganó en el programa de óperas primas del CCC en 2012 y se dio a conocer como Estrellas solitarias. Al siguiente año, estaban ya en rodaje en la Ciudad de México y en el pueblo mágico de Tlalpujahua en donde se desarrolla la tierna escena final.                                                                                                                                                                                                                                                                          Estrellas solitarias recorre el camino de dos amigas, Valentina (Danna Karvela) y Joana (Jorge Arriaga), que tratan de cumplir sus sueños de fama y felicidad. La traición pronto aparecerá en su camino, mismo que las pone al borde de la muerte y pondrá a prueba su amistad. La violencia que tienen que vivir contrasta con los espectáculos nocturnos de playback que parecieran ser la clave de la felicidad. 

    Estrellas solitarias recorre el camino de dos amigas, Valentina (Danna Karvela) y Joana (Jorge Arriaga), que tratan de cumplir sus sueños de fama y felicidad. La traición pronto aparecerá en su camino, mismo que las pone al borde de la muerte y pondrá a prueba su amistad. La violencia que tienen que vivir contrasta con los espectáculos nocturnos de playback que parecieran ser la clave de la felicidad. Ver trailer. 

    La cinta estrenó en el Festival de Guadalajara de 2015. No se llevó premio alguno, pero definitivamente fue una de las presentaciones más recordadas de aquella edición. Al grito de "¡A rockear perras!", se notaba la unión de un equipo que respetaba la particular visión y sentido del humor de su director. Me consta, ha sido una de las sesiones fotográficas más divertidas que me ha tocado hacer: empezaron bien mustios y terminó siendo todo desmadre. No tuvo parangón ver a la guapa Inés de Tavira –que en la cinta es irreconocible– haciendo poses con el director para luego ver a Danna doblarse de risa, aún con aquellos zapatos que, estoy seguro, la hacían medir más de dos metros.                                                                                                                                                                                                                                        Desde entonces, también me consta, pareciera que Estrellas solitarias nunca se ha dejado de exhibir. Más de 40 festivales han hecho sentir que su estreno comercial en México, a tres años de su premiere, era por que estábamos en la fila de un tour mundial. A través de la distribuidora independiente Never Landing, el pasado 23 de noviembre sucedió la anhelada llegada a salas con el triunfo extra de que obtenía la clasificación B-15 y entraba en los circuitos de Cinemex y Cinépolis. Desde entonces, la campaña de promoción a través del Instagram y Twitter del director no tuvo parangón. Entre tanto pecadillo, invitó al Papa a darle RT para que vieran Estrellas solitarias y también el documental Un hombre de palabra que él protagoniza. ¡Me encantaría conocer la opinión de Francisco sobre Estrellas solitarias! (Por si se lo preguntaban: no, no le dio RT). 

    En su primer fin de semana Estrellas solitarias reunió a unas 800 personas (nos ganó el Papa), sin embargo, superó la guillotina semanal y ha logrado mantenerse una semana más. Aún hay funciones en ambas cadenas y el circuito independidente (en Cineteca Nacional habrá una imperdible función especial con el elenco). Pero más allá de su desempeño en taquilla, este filme se tiene que ver: no sólo por conocer a uno de los jóvenes directores más interesantes de nuestro cine –lo mismo a dirigido thrillers que gore, que comedias–, sino por el mensaje de que a pesar de los pesares, de las diferencias, de las envidias y de que no tuviste una fiesta de XV años, la amistad es para, como bien se dijo, abrirse camino a putazos. 

    Edgar Durán

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