Esta anécdota definitivamente comprueba que Lindsay Lohan está loca, ya que en 2013 se negó a besar ¡a Charlie Sheen! Pero eso no es todo. Sin una gota de vergüenza, afirmó que no quería porque le daba miedo la fama de fiestero, borracho, mujeriego y drogadicto del actor. ¡Háganme el favor! El burro hablando de orejas.
Lo que es aún menos comprensible, es que los productores le consintieron su berrinchito a Lohan y utilizaron a una doble de cuerpo para las escenas en que podía ser reemplazada y las otras, mejor ni las filmaron. En algún momento Lindsay declaró que se sentía muy mal y que iba a hablarle a Sheen para disculparse, pero dicen que jamás lo hizo, ni siquiera porque el actor le había prestado cien mil dólares en 2012 para pagar sus impuestos.