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    'Narcos México': 4 razones para no perdértela

    La serie de Netflix conjunta ficción y realidad en una historia apasionante con actuaciones de primera.

    En los 80 el acceso a la información era bastante limitado, así que las cosas eran mucho más fáciles de ocultar. De ahí que los que ya teníamos la edad suficiente para ver 24 horas con Jacobo Zabludovsky, apenas entendimos lo que estaba pasando en Guadalajara entre 1984 y 1985. Fue hasta que las cosas comenzaron a ponerse color de hormiga y Guadalajara se convirtió en zona de guerra, que los mexicanos de los ochenta comenzamos a darnos cuenta de la bronca en la que estábamos metidos... aunque nunca imaginamos que llegaría a donde estamos ahora.

    Narcos México aprovecha con todo este vació de información en la historia nacional para revelar detalles muy poco conocidos y explicar -en una delgada línea entre la ficción y la realidad- situaciones que el público en general no entendía o sólo conocía por rumores, y que son verdaeramente impactantes. Con un excelente guion, basado en libros e investigaciones periodísticas, además de algunas entrevistas con personajes de la época, Narcos México nos regala una trama que va entretejiendo los acontecimientos y las tristemente legendarias historias de los capos de la droga en México y sus nexos con el gobierno, tanto el gringo como el mexicano.

    ¿Más ficción o realidad?

    Hace unas semanas cuando entrevistamos a Eric Newman, el showrunner, y a todo el elenco principal, insistieron en que de Narcos México es una ficción y sus personajes aproximaciones. De hecho ninguno se entrevistó con narcotraficantes reales para realizar sus papel, ya que todos temían comprometer su actuación o meterse en problemas si llegara el caso de que alguien no le gustara cómo había sido plasmada su historia en pantalla.

    Y aunque decepciona saberlo, lo cierto es que Miguel Ángel Félix Gallardo (Diego Luna), Rafael Caro Quintero (Tenoch Huerta), Ernesto Fonseca Carrillo 'Don Neto' (Joaquín Cosío) y Amado Carrillo 'El señor de los cielos' (José María Yazpik) son personajes muy bien delineados que brindan una aproximación que suena muy cercana al punto de vista de los 'malos'. Una de las cosas más interesantes es que entre los personajes secundarios ya está la semilla de las posibles siguientes temporadas de Narcos México, y Pablo Acosta (Gerardo Taracena), Joaquín 'Chapo' Guzmán (Alejandro Edda) y el Azul Esparragosa (Fermín Martínez) no se quedan atrás en su interpretación. Cierran el círculo la excelente participación femenina a cargo de Tessa Ia como Sofía Conesa, la novia fresa de Caro Quintero, Isabella Bautista como la aspirante a 'jefe', Teresa Ruiz, y Alyssa Díaz como la esposa de Enrique Camarena. 

    Además, las actuaciones de este increíble ensamble, que nos hacen darle la razón a Newman cuando afirma que es el Ocean's Eleven mexicano. Es un verdadero placer ver trabajar juntos a actores de esta talla, que además lo entregan todo en cada escena, sobre todo cuando están bajo el mando de dos de los mejores directores mexicanos actuales: Alonso Ruizpalacios y Amat Escalante. Y para rematar con broche de oro, toda la acción está acompañada por el espectacular soundtracka de Gustavo Santaolalla y Kevin KIner. 

    ¿Por qué vale la pena?

    Porque definitivamente es mejor que las tres temporadas anteriores de Narcos y muy probablemente sea la mejor serie del género hasta ahora. No sólo porque nos sabemos la historia de Pablo Escobar de memoria mientras que apenas sabíamos cómo se había integrado el cártel de Guadalajara, sino porque esta es una historia mucho más dinámica que sigue a varios personajes sumamente interesantes y llenos de contraste, en una trama que impacta porque relata a detalle cómo el narcotráfico en México pasó de ser un grupo integrado por agricultores dispersos a una corporación criminal de altos vuelos bajo la visión empresarial de Miguel Ángel Félix Gallardo, el 'Jefe de jefes'.

    Algún defecto tenía que tener...

    El punto flaco de Narcos México proviene de la contraparte gringa de la historia. Quizá en el afán de glorificar al agente de la DEA, Enrique Camarena, Michael Peña se encontró con un personaje muy plano: el típico policía bueno, bueno, cuya única obsesión es hacer justicia. De ahí que la identificación con el personaje sea poca e inevitablemente a uno empiecen a caerle mejor los malos. Otro detalle es que aunque Narcos México no se detiene en delatar el involucramiento del gobierno norteamericano, falla al no señalar la parte del narcotráfico que también existe del otro lado de la frontera, aunque parece que la segunda temporada entrará más en el tema.

    Pero insistimos, es un maratón imprescindible...

    Con una producción de primera, Narcos México brinda una historia de intriga política y acción policiaca que al mismo tiempo presenta un retrato bastante fiel a los personajes y sucesos de un periodo muy oscuro de la vida de nuestro país, que tristemente, está lejos de terminar. Es una ficción imperdible, pero también una excelente oportunidad para reflexionar sobre la realidad.

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