El cine LGBTTTQ tuvo varios de sus más grandes éxitos en estos años. Una cinta muy independiente fue una de las sopresas más gratas (y cuando decimos 'muy' es al grado de que la mamá del director, Sergio Tovar Velarde –en la foto–, preparaba la cena del crew). Cuatro lunas se mantuvo en cartelera 21 semanas con sold outs continuos tras su estreno en febrero de 2015. Además hizo que el actor Alonso Echánove volviera a la pantalla grande, granjeando su sexta nominación al Ariel aun después de haber perdido movilidad en parte de su cuerpo, causándole problemas de habla.
El director Roberto Fiesco también tuvo varios triunfos importantes: el primero por el documental Quebranto del 2013, con el que se llevó los premios de Mejor película, el Premio de la prensa y el Maguey, para después llevarse el Mejor filme latinoamericano en San Sebastián y rematar con el Ariel. Más tarde por el estupendo cortometraje Trémulo (2015), que retrata el coqueteo de un militar y un aprendiz de peluquero, que se convirtió en la producción más premiada de ese año (por arriba de cualquier largometraje).
El estupendo thriller Carmín tropical de Rigoberto Perezcano ganó el máximo premio del Festival de Morelia en 2014 y 10 nominaciones al Ariel gracias a la historia de una muxe que regresa a su pueblo para investigar el asesinato de su amiga. Made in Bangkok del director argentino Flavio Florencio, que documentó el camino para que su protagonista lograra una cirugía de reasignamiento de sexo, participó en varios festivales internacionales y aquí ganó el de Guadalajara y el de Guanajuato. Además, catapultó la carrera de la cantante de ópera Morganna Love, quien, entre otras cosas, ahora compite en La voz México.
Desde allá y Sueño en otro idioma fueron de las cintas más interesantes y galardonadas internacionalmente. La primera se alzó con siete premios internacionales, incluido el León de Oro del festival de Venecia en 2015 recogido por su director, el venezolano Lorenzo Vigas. La conflictiva historia entre un hombre maduro y el joven líder de una banda delincuencial conquistó también por sus grandiosas actuaciones, que le trajeron sendos reconocimientos al chileno Alfredo Castro y al novel Luis Silva.
En el caso de la cinta más reciente de Ernesto Contreras, Sueño en otro idioma inició su camino con el Premio del público de la sección World Cinema de Sundance, máximo festival de cine independiente –ojo, fue diez meses antes de convertirse en Presidente de la Academia Mexicana de Ciencias Cinematográficas–. La voz autoral del cineasta, el impulso de jóvenes talentos nacionales de actuación: Fátima Molina, Hoze Meléndez, Nicolasa Ortiz Monasterio, Juan Pablo de Santiago e incluso el inventar un idioma nuevo, fueron causantes para que se convirtiera en la máxima ganadora de los más recientes premios Ariel, incluida Mejor película. Ernesto Contreras se autodescartó de la terna a mejor director para evitar conflicto de intereses al ser un premio que organiza la institución que él encabeza –estará en el cargo hasta octubre 2019–. ¿Cómo se dice chingón en zikril?
Continúa: Antes de que se vayan...