Los mexicanos despertaron el 25 de diciembre de 1985 con la cruda noticia de que "un grupo de traficantes de arte profesionales" había sustraído 140 piezas del Museo Nacional de Antropología, inaugurado en 1964. Lo que nadie imaginó fue que el robo había sido ejecutado por dos veinteañeros estudiantes de veterinaria, quienes se llevaron piezas valiosísimas como la máscara zapoteca del dios murciélago y objetos de la tumba del Rey Pakal (que eran parte de las colecciones maya, mexica y de Oaxaca).
Tras cuatro años de búsqueda policiaca, en junio de 1989, las piezas fueron halladas en el clóset sateluco de Carlos Perches, quien fue delatado por un narco al cual trató de venderle la mercancía. Hubo siete supuestos implicados más, pero Ramón Sardina, el segundo autor intelectual, escapó y jamás fue detenido. Entre las mujeres acusadas de complicidad, estuvo la vedette conocida como Princesa Yamal, quien ya contó su versión de la historia en el documental Bellas de Noche (2016).
Cuando las piezas regresaron a Chapultepec, el presidente Carlos Salinas presidió una ceremonia de celebración.