En primer lugar, porque los tweets con diez años de antigüedad era lo único que había en contra de Gunn y claramente eran una manera de frenar sus críticas en contra del presidente Donald Trump. Disney pudo haber condenado los tweets, esperado unas semanas, después 'regañar' a Gunn, y asunto resuelto. Disney tuvo miedo de que su marca se viera comprometida al ser una empresa de contenidos familiares y lo único que demostró es que es una compañía prejuiciosa que no es capáz de apoyar a sus empleados ni tantito.
Warner Brothers está en una posición completamente diferente. Por una parte su audiencia no es la misma que la de Disney ni tiene que 'proteger' los mismo valores, así que una vez que se demostró que los pecados de Gunn eran cosa del pasado, ya no tenía de qué preocuparse. Gunn ha pasado suficiente tiempo demostrando que es capáz de pertenecer y encajar con la maquinaria de un estudio grande sin perder el piso y además, generándole grandes ganancias.
Warner también tiene menores restricciones en cuanto al contenido del DCEU; a diferencia de Marvel, está dispuesto a entrar a los temas más adultos de los comics, y desde ahí puede ser que ser despedido por Disney sea lo mejor que le haya pasado a James Gunn.