Nace una estrella, fue vista por primera vez en el festival de cine de Venecia hace un par de meses y ya se encuentra dando de qué hablar en salas de cine comerciales. Aunque se trata del cuarto remake de esta historia de amor, ya hay quienes predicen que podría ser una de las nominadas en la próxima edición de los premios Oscar por el esfuerzo de sus protagonistas para transformase en pantalla.
Nace una estrella, es el debut como director de Bradley Cooper, quien también se pone en los zapatos del cantante de música country Jackson Maine, una estrella de rock en decadencia que le da un segundo aire a su carrera gracias a su talentosa nueva novia Ally (interpretada por la cantante pop Lady Gaga sin maquillaje).
En una entrevista reciente con EW, Bradley Cooper contó lo más difícil de su preparación para su personaje, el cual debía tener una voz rasposa y casi de gruñido:
Sabía que quería bajar mi voz una octava al hablar...
Para lograrlo, buscó a un entrenador de dialectos que ya ha trabajado con Brad Pitt, Nicole Kidman y Cate Blanchett y lo llevó a vivir con él:
Contraté a Tim Monich tempranamente...Como un año antes de rodar la película. Él se mudó a Los Angeles y trabajamos cinco días a la semana, cuatro horas al día en ejercicios y bajar mi voz. Fue brutal y tomó meses y meses y meses.
Como director, Cooper también fue específico en la elección del personaje de Bobby, el hermano de Jackson:
La persona que usé fue Sam Elliott, porque yo no quería que fuera sólo un músico de country y no quería que tuviera acento. Sam creció en California y su madre es de Texas, así que tiene esta grandiosa voz híbrida.
Bradley Cooper se encargó de convencer al Warner Bros de que esta película iba a catapultar a Lady Gaga de la misma manera que El guardaespaldas lo hizo con Whitney Houston ¿Crees que lo logró?