Cada episodio de The Walking Dead cuesta alrededor de dos millones de dólares. En ocho temporadas estrenadas, han hecho 115 capítulos, así que ustedes hagan la cuenta... De hecho, cuando empezaron a filmar la primera temporada en el lejano 2010, se gastaron más de tres millones por programa, lo que era bastante alto para una serie de televisión por cable.
Además de los efectos especiales y el maquillaje zombi, los salarios al talento representan la mayor parte del gasto de presupuesto: Andrew Lincoln, nuestro querido Rick Grimes, cobraba al inicio 92 mil dólares por episodio, pero desde que es famosísimo por caminar entre muertos, gana unos 550 mil.