La mayoría de las escenas en las que participa el actor como Gandalf, las grabó en solitario, a excepción de una pantalla verde a su espalda y la gente detrás de cámara. Esto orilló a McKellen a querer renunciar a la cinta, ya que no se sentía cómodo con esa forma de trabajar, incluso mencionó su angustia por tener que hacer todas estas escenas sin ver al resto del elenco:
Fue tan angustioso, desagradable y difícil que pensé: 'no quiero hacer esta película si esto es lo que voy a tener que hacer.’ No es lo que hago para ganarme la vida. Actúo con otras personas, no actúo por mi cuenta.