Quizá esta sea la teoría más probable, porque de hay relación la hay. Créanme, ningún cineasta hace este tipo de comparaciones nada más porque sí, en una película que pertenece a una saga como esta. El hecho de que sean hermanas explicaría muchas de sus similitudes, como las visiones, la religión y hasta el hecho de que Valak las persiga, porque supuestamente los demonios son expertos en atormentar a los miembros de la familia de quien los ha vencido, a manera de venganza.
Por lo pronto y al no haber sido mencionada una relación entre Irene y Lorraine en ninguna de las cintas, todo es -oficialmente- una mera coincidencia. Pero ya sabemos que la saga de El conjuro es especialista en dejar pistas aquí y allá, y que además oculta información para tener de dónde agarrarse en la siguiente secuela o spin-off.
Por lo pronto sabemos que en la tercera entrega de Annabelle nos mostrarán cómo llego la muñeca demoniaca al museo de los Warren y como ya vimos desde El conjuro, la siniestra habitación es la fuente de dónde parten todas las historias de este universo, así que quizá sea una buena oportunidad para explicarnos la relación entre los personajes de las Farmiga, que también es posible, no esten relacionadas para nada y todo haya sido una mal chiste del director Corin Hardy.