Vince Vaughn se ha vuelto un rostro recurrente en la Biennale junto con el del director y escritor S. Craig Zahler. El año pasado ambos presentaron Brawl In Cell Block 99 y hoy presentaron Dragged Across Concrete. En esta ocasión también los acompañó Mel Gibson, quien dirigió a Vaughn en Hasta el último hombre, filme que también se estrenó en el Festival de Venecia. Todo indica que Hollywood sigue en el camino de perdonarle sus pecados a Gibson.
En Dragged Across Concrete, Vaughn y Gibson interpretan a un par de policías que han metido a la cantidad suficiente de criminales como para llenar la mitad de la penitenciaría, pero sus métodos políticamente incorrectos los meten en tantos problemas, que nadie les reconoce sus méritos. Cuando uno de sus violentos arrestos termina en el noticiero de la noche, son suspendidos, así que se internan en el bajo mundo para conseguir justicia, pero encuentran mucho más que eso esperándolos en las sombras.
Es muy probable que al escuchar 'Gibson', 'Vaughn' y 'policías' en la misma oración nos de la idea que Dragged Across Concrete es una comedia de acción al estilo de Arma Mortal, pero en realidad es un drama criminal que tiene influencias de Casta de malditos de Stanley Kubrick, y de Tarde de perros y Príncipe de la ciudad de Sidney Lumet. “Los personajes de Zahler no están revestidos de una sola idea -comentó Vaughn- es gente que está en conflicto y te muestra por qué, lo bueno y lo malo, y sus complejidades.” Dragged Across Concrete presenta una discusión en torno al racismo que ya ha empezado a levantar polémica, pero el director afirma que no le preocupa porque él escribe lo que le gusta y que no piensa en cuál podría ser la reacción de la gente, porque no persigue que sus cintas tengan aceptación popular. Afirma que está consciente que hay cosas de sus cintas que ha mucha gente no le van a gustar:
Están en su derecho. Yo tengo el mío, para mostrar mi visión y esperar que sea suficiente para que pueda dirigir la que sigue.