Death Note, producida por Netflix en 2017 bajo la dirección de Adam Wingard, es la adaptación americana del famoso manga japonés escrito por Tsugumi Ohba y Takeshi Obata entre 2003 y 2006, periodo en que la historia adquirió seguidores de nicho en todo el mundo, consiguiendo varias películas y videojuegos. Por lo anterior, muchos se decepcionaron ante los cambios que hizo la película protagonizada por Willem Dafoe como el dios de la muerte llamado Ryuk, quien llegaba al mundo terrenal a enredar la vida del estudiante Light Turner "Kira" (Nat Wolff), entregándole un cuaderno con el poder de hacer justicia por propia mano.
Si bien es cierto que quienes no sabían nada del manga japonés ni sus derivados, no odiaron la propuesta de Netflix; los verdaderos fanáticos de la historia original se sintieron ofendidos con las imprecisiones o cambios realizados, empezando por la práctica de casting conocida como whitewashing, en la cual decidieron elegir Seattle como lugar de los hechos y a un elenco blanco y afroamericano, sin importar que los personajes hayan sido históricamente asiáticos.
A pesar de las críticas, recientemente se anunció que la plataforma estaba trabajando en una secuela de Death Note y bajo ese pretexto, nos permitimos recordar algunas razones por las que esta película no conquistó del todo al público.