Posiblemente la muerte de Loki (Tom Hiddleston) en Avengers: Infinity War fue una de las más impactantes, ya que el villano se había convertido en uno de los personajes favoritos del Universo Cinematográfico de Marvel (MCU por sus siglas en inglés). Sin embargo, puede que el hermano de Thor esté vivo como afirma una teoría o aun mejor, su fallecimiento solo es el principio para un legado más próspero para él, ya que al ser un Dios la muerte es distinta.
Según sugiere una hipótesis de Screen Rant, Loki fue a Valhalla, el majestuoso salón al que dioses y guerreros asgardianos van después de perecer, mientras el resto de los habitantes van a Hel (uno de los reinos del inframundo). Tras haber demostrado tener buenos sentimientos como lo comprobamos en Thor: Ragnarok y en el diálogo con Thanos (Josh Brolin), el hijo adoptivo de Odín ganó su pase al paraíso de los Dioses, pero podría cambiar de opinión para ser el gobernante de un mundo, como siempre lo ha querido.
Thor (Chris Hemsworth) viajaría a Hel para reclamar el alma de sus compatriotas que se desvanecieron injustamente por el chasquido del titán y ahí se encontraría a Balder, su hermano, quien reina el lugar después de que Hela (Cate Blanchett) lo abandonara en busca de más muertes. Loki resucitaría a Balder para que emerja al plano de la vida, mientras él se queda gobernando Hel, y disfrutando del trono que siempre ha añorado.
Esto daría pie a la trama de Thor 4, en el que la familia de Thor se agrandaría para dar paso a uno de sus hermanos desconocidos hasta ahora dentro del MCU, quien tal vez busque algo que no puede encontrar en su reino. De esta forma Loki aun tendría aparición en la franquicia aun sin deshacer su fallecimiento y mantener (al menos a medias) la promesa de Kevin Feige de que los superhéroes que murieron en Avengers: Infinity War no regresarían de la muerte.
Para eso primero tendremos que esperar a Avengers 4 y ver si de alguna forma aparece Loki, tal vez sólo fue uno de sus hologramas el que peleó contra Thanos y simplemente está esperando el mejor momento para atacar.