Durante la década que estuvo en Beverly Hills 90210, Jason era considerado uno de los grandes galanes de la pantalla chica y se esperaba un futuro brillante para él ya fuera en el cine o en la TV. Sin embargo, no sucedió debido a que el ex productor Harvey Weinstein le tiró la onda y tras su negativa lo vetó, por lo que su carrera no despegó como se esperaba. Si bien hizo muchas pelis para la TV (de esas de poco presupuesto) y tuvo varias participaciones especiales en distintintas series, su nombre no sonaba fuerte hasta que en 2010 volvió como protagonista de la serie Call Me Fitz y en 2016 con Private Eyes.
La vida no ha sido fácil para estos ex ídolos de la juventud noventera.